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Autor Tema: ROSA DE JERCí“  (Leído 882 veces)

Scientia

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ROSA DE JERCí“
« en: Enero 13, 2013, 07:40:05 pm »



http://aixiespilar.wordpress.com/2012/03/15/rosa-de-jerco/



Cuenta la leyenda que estando Jesús orando en el desierto, La Rosa de Jericó le perseguí­a tenazmente arrastrada por los vientos. Se detení­a una y otra vez a sus pies y así­ le acompañaba. Al despertar del alba, la planta se abrí­a con la humedad del rocí­o y ofrecí­a al Maestro las gotas de agua posadas sobre sus ramitas. Jesús, sediento tras una noche de oración, calmaba su sed tomando con sus dedos el agua que le ofrecí­a la planta. Agradecido por haberle apagado la sed, la bendijo. Esta leyenda se extendió por todos los continentes y pronto llegaron a considerarla una Flor Divina. En muchos pueblos de la tierra se cree que quien adopta y cuida una Rosa de Jericó atrae para sí­ mismo y para los suyos, paz, fuerza, felicidad, suerte en los negocios, energí­as positivas, habilidad en el trabajo y bienestar económico; propiedades incuestionables que el mundo esotíérico admite como verdaderas y valoran a esta planta como un valioso amuleto. Tales son sus cualidades, que en muchas ocasiones llegaron a pagarse sumas considerables por poseerla, ya que es una planta muy difí­cil de encontrar.

Constituye una especie única, oriunda de Siria. Prolifera en los desiertos de Arabia, Egipto, Palestina y las riberas del Mar Rojo, sin embargo no crecen en la ciudad de Jericó. ¿Por quíé se llama entonces Rosa de Jericó?. Se dice que aproximadamente durante el segundo milenio antes de Cristo, comerciantes y hacendados de esta ciudad la traí­an desde otros lugares lejanos como un poderoso amuleto que utilizaban para bendecir sus casas y sus negocios. Durante esta íépoca la ciudad de Jericó se encontraba sumida en un gran esplendor, la planta adquirió cada vez más fama y terminó por adoptar el nombre de la ciudad que con tanto ardor la acogió.

Es una planta con pequeñas flores blancas que no suele alcanzar los quince centí­metros de altura. Cuando ha florecido, las hojas caen y las ramas se contraen curvándose hacia el centro hasta que toma una forma globosa. En esta fase de su desarrollo el viento del desierto las arranca del suelo y las arrastra a su merced convirtiíéndolas en eternas viajeras que se desplazan por estepas y desiertos de otros paí­ses y continentes sin respetar fronteras. Tal vez este persistente caminar inspiró la leyenda de Jesús en el desierto. Pueden permanecer cerradas y secas durante muchí­simos años hasta que la humedad o el contacto con el agua vuelve a abrirlas haciendo que recobren su frescura y su belleza. Es entonces cuando extienden de nuevo sus ramas, abren los frutos y dispersan las semillas, como si volviesen a nacer. Por eso tambiíén se la conoce como “planta de la resurrección”.
« Última modificación: Enero 13, 2013, 07:41:23 pm por Scientia »