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Autor Tema: La deuda española respira: capta casi 15.000 millones de euros en apenas dos  (Leído 167 veces)

Eguzki

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La menor animadversión de los mercados hacia España ha abierto una ventana de oportunidad que ni el Tesoro público ni las grandes empresas nacionales están desaprovechando: en apenas dos semanas han colocado entre los inversores deuda por un importe cercano a los 15.000 millones, cifra que, si nada se tuerce, el Estado elevará esta misma semana a los 25.000 millones.

Del volumen total de la deuda colocada en los primeros compases de este año, más de la mitad (cerca de 8.000 millones) corresponde al sector privado, que no ha dudado en utilizar la tregua inversora y la significativa relajación de la prima de riesgo española para recabar financiación en los mercados mayoristas y contrarrestar así­ la persistente sequí­a crediticia, en algunos casos a precios incluso más atractivos que los pagados por los bonos soberanos.

Telefónica, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter, Popular, Gas Natural y Red Elíéctrica configuran el listado de empresas que han apelado a la inversión en este arranque de ejercicio; un listado de emisiones que no ha parado de crecer en los últimos dí­as y que, previsiblemente, seguirá ampliándose en próximas fechas.

De hecho, tras colocar con íéxito una emisión de bonos senior la semana pasada, Banco Popular emitió ayer otros 500 millones de euros en cíédulas a seis años, aprovechando el renovado interíés mostrado por los grandes inversores internacionales por la deuda hipotecaria española. Por su parte, Gas Natural cerró, tambiíén ayer, una emisión de bonos de 250 millones de francos suizos, unos 203 millones de euros.

Ambiciosos objetivos del Tesoro
En esta carrera por la captación de fondos, el sector privado deberá competir con el público, que ha comenzado el año pisando a fondo el acelerador de las emisiones. Tras colocar 5.800 millones de euros en bonos el jueves pasado, en su primera subasta de este año, en la que superó con creces su objetivo máximo de captación, el Tesoro se ha fijado unas metas igualmente ambiciosas para sus dos próximas citas: captar entre 8.000 y 10.000 millones en las subastas que realizará este martes (entre 4.500 y 5.500 millones en letras) y el jueves (entre 3.500 y 4.500 millones en bonos y obligaciones).

A estas operaciones de financiación pública regular hay que añadir otras actuaciones complementarias, como la colocación, la semana pasada, de unos 1.000 millones de euros del Fondo de Amortización de la Deuda Elíéctrica (Fade), aprovechando tambiíén la mejorí­a de los mercados.

La actual oleada de emisiones sólo es comparable con la que se produjo a partir de septiembre pasado, cuando el anuncio del plan de choque del BCE para adquirir deuda a corto plazo en el mercado secundario mitigó la prima de riesgo y reabrió los mercados de financiación tanto para el Estado como para las grandes compañí­as, acabando así­ con muchos meses de parálisis para la deuda corporativa española. Grupos como Santander, Telefónica, BBVA, Banesto, Iberdrola o Gas Natural aprovecharon entonces la reapertura del mercado para captar cifras multimillonarias.

¿Financiación para todos?
El comienzo del nuevo ejercicio, la disposición de liquidez por parte de los grandes inversores, la distensión de la prima de riesgo y la relativa calma que se respira en Europa han propiciado, entre otros factores, este rebrote de las emisiones de deuda corporativa. Pero no hay que llamarse a engaño; esto no significa que la financiación haya vuelto a ser accesible para todos.

Y es que según advierten los expertos, la reapertura de los mercados puede facilitar la financiación de las empresas cotizadas, especialmente de las más grandes, pero no la del resto, especialmente las pymes, sin acceso a los mercados mayoristas y cuya supervivencia depende en muchos casos de una financiación bancaria que continúa siendo escasa y cada vez más cara, o de que el Gobierno implemente las medidas que lleva anunciando ya algún tiempo, como la creación de un mercado de pagaríés y bonos para estas compañí­as, o el refuerzo del papel del ICO.

La aversión a lo español ha amainado en las últimas semanas, lo que puede allanar el camino hacia la financiación del Estado y de los grandes conglomerados empresariales, pero nadie se atreve a asegurar con rotundidad que lo peor haya pasado ya en España y en la zona euro, en un escenario en el que, además, uno de los principales desafí­os sigue siendo solventar el problema de financiación de las pequeñas y medianas empresas, las verdaderas creadoras y aglutinadoras de empleo en nuestro paí­s (más del 80%). Demasiado pronto para echar las campanas al vuelo.