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Autor Tema: La crisis de deuda soberana no ha tocado fondo en Europa  (Leído 176 veces)

Eguzki

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La crisis de deuda soberana no ha tocado fondo en Europa
« en: Enero 18, 2013, 08:04:03 am »
Desde finales de julio, la bolsa española se ha revalorizado casi un 45% y la temida prima de riesgo se ha reducido casi a la mitad. La aguas bajan hoy menos agitadas en Europa, la percepción sobre España ha mejorado de forma significativa en los mercados y el Estado y las grandes empresas se financian con mayor facilidad y a precios más asequibles. ¿Significa que lo peor de la crisis ha quedado finalmente atrás?

España puede dar fe de que los mercados aprietan pero no ahogan... aunque para eso hizo falta que el presidente del BCE, Mario Draghi, prometiera en julio que harí­a todo lo necesario para salvar el euro, y concretara esa promesa en septiembre, cuando mostró su poderoso bazuca: un plan de compra ilimitada de deuda pública a corto plazo en el mercado secundario, diseñado a la medida de España, que el 24 de julio habí­a visto cómo su prima de riesgo se disparaba hasta los 638,4 puntos básicos.

El bazuca del BCE
La mera exhibición de dicho arsenal, supeditado a la petición previa de auxilio a Europa y a una estricta condicionalidad macroeconómica, a los que España se ha resistido y se sigue resistiendo, bastaron para aplacar los ánimos inversores y propiciar una tregua que hoy se mantiene. El Ibex ha recuperado 2.670 puntos desde finales de julio, el riesgo paí­s se ha reducido hasta el entorno de los 350-360 puntos básicos y la rentabilidad del bono a diez años ronda hoy el 5%, frente a 7,6% que llegó a alcanzar en los peores momentos de la crisis.

El resultado de esta menor aversión al riesgo y hacia España es que el Tesoro público logró completar con holgura su programa de financiación en 2012, anticipando incluso financiación para este año, e iniciar con buen pie 2013, en el que en tres subastas ha captado más de 16.000 millones de euros, pagando rentabilidades gradualmente menores. Esta mejorí­a ha reabierto los mercados mayoristas tambiíén para las grandes empresas nacionales (que no para las pequeñas y medianas) y la banca, que en las dos primeras semanas de enero han colocado deuda por unos 10.000 millones de euros. ¿Una simple tregua o un cambio de tendencia?

Para Federico Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano y profesor de Economí­a de la Universidad Autónoma de Madrid, la actual mejorí­a de los mercados no significa que los problemas hayan tocado fondo. Al contrario, considera que "la crisis del euro nos va a dar todaví­a bastantes sustos y España sigue siendo uno de los focos de atención".

En su opinión, el listado de cosas que pueden afectar negativamente a Europa es demasiado extenso, aunque pone el acento en eventuales retrasos en la unión bancaria o en obstáculos en la negociación de la unión fiscal... al tiempo que señala que respecto a la eficacia del plan de choque del BCE, aún está por ver si lo paí­ses están dispuestos a solicitar su intervención y "si Alemania está dispuesta a consentirla". A este respecto, Steinberg cree que "los mercados están siendo muy condescendientes en algún sentido".

Asignaturas pendientes
En relación a España, el economista considera que el Gobierno está haciendo bien los deberes, pero cree que aún quedan importantes asignaturas pendientes, como el incremento de la competencia en mercados, bienes y servicios; la reforma de las Administraciones Públicas, un proceso que -advierte- "llevará tiempo y será muy difí­cil", y seguir avanzando en la reforma laboral "para romper la dualidad del mercado, algo que no se ha conseguido". Asimismo, cree esencial una reforma profunda de la educación "para preparar el capital humano español" para los retos de futuro.

Francia, ¿en el punto de mira?
Sobre la posibilidad de que la desconfianza inversora se cebe este año con Francia, como vaticinan algunos medios anglosajones (el miíércoles pasado, The Washington Post aseguraba que si la economí­a gala no mejora su competitividad corre el riesgo de quedar a la cola de la recuperación), Steinberg discrepa: "la economí­a francesa tiene bastante potencia, buenas empresas y una capacidad de respuesta correcta". Reconoce que "ha perdido competitividad, pero no tanto como otros paí­ses".

Pedro Schwartz, profesor extraordinario de la Universidad San Pablo CEU, tampoco ve despejado el horizonte europeo. A su juicio, Chipre puede suponer un peligro para Europa este año, en un escenario en el que la UE tampoco ha resuelto el problema de Grecia. Respecto a España, señala que aún quedan muchas cosas por hacer, "aunque parece que los mercados dicen que está haciendo las cosas bien".

El economista añade que "es posible que estemos sacando la cabeza del agua", pero advierte de que la "oleada de entusiasmo es excesiva", sobre todo si se tiene en cuenta que la tasa de paro en España va a seguir subiendo. Según Schwartz, el Gobierno debe proseguir en la senda reformista y levantar el pie de las subidas impositivas, estrategia que juzga errónea.

Un techo para el riesgo paí­s
"Lamentablemente, no creo que la crisis haya tocado fondo, pero sí­ es verdad que se ha puesto un techo al riesgo paí­s", señala Josíé Luis Martí­nez Campuzano, estratega de Citi en España, en referencia al cambio de actitud de los mercados tras el anuncio del BCE. En su opinión, las autoridades han contribuido a crear "un escenario más propicio para que los inversores escuchen", lo que no debe ser óbice para que los gobiernos europeos sigan acometiendo reformas.

Respecto a la mejorí­a del sentimiento hacia España, Martí­nez Campuzano reconoce que se han hecho cosas, aunque echa en falta todaví­a algunas medidas de calado, como la racionalización de las administraciones públicas, culminar la reforma financiera o profundizar en la laboral y en la del sistema de pensiones, en un entorno, además, para el que reclama mayor calma polí­tica.

No obstante, Martí­nez Campuzano considera que "probablemente, los focos de tensión en Europa no procederán de España en los próximos meses". A su juicio, pueden provenir de Chipre, de Italia, Portugal, Grecia o, "por quíé no, de Francia, e incluso de la propia Alemania, que en septiembre tiene elecciones".

Por su parte, Enrique Quemada, consejero delegado de One to One Corporate Finance, matiza que la actual oleada de emisiones de deuda corporativa se ha visto favorecida, además de por la bajada de la prima de riesgo, por la relajación de las exigencias de liquidez a la banca del Comitíé de Basilea III, que permite que los bonos corporativos computen como activos lí­quidos de calidad.

Los inversores vuelven a llamar a la puerta
Respecto a España, coincide en que se ha producido un cambio de sentimiento entre los inversores, fruto de aspectos como la mejora de la productividad de la economí­a domíéstica, la reducción del díéficit por cuenta corriente o los esfuerzos para atajar el díéficit público.

Según Quemada, el capital foráneo muestra de nuevo interíés por la economí­a española: "Muchos extranjeros (chinos, japoneses, americanos...) vienen a España y llaman a la puerta en busca de oportunidades, ya que tienen la percepción de que los precios de las empresas en España no van a bajar más, sino que van a empezar a subir". En ese sentido, considera que España ya ha tocado fondo en su caí­da.

Menos optimista se muestra, sin embargo, respecto al futuro de Europa. "Tenemos el mismo problema de siempre -señala Quemada-: los paí­ses acreedores están haciendo un planteamiento interesado, sesgado e injusto", evidenciando, a su juicio, que en Europa existe un grado de "insolidaridad muy importante". Reconoce que en los últimos meses se han producido relevantes avances, como la unión bancaria, pero alerta de que entre los inversores sigue habiendo "miedo al futuro del euro".

Como se ve, los expertos coinciden en que la posición de España ante los mercados ha mejorado de forma perceptible en los últimos meses, pero tambiíén en que las dudas sobre el futuro del proyecto europeo persisten. En este escenario, en el que el riesgo de nuevos seí­smos y contagios parece evidente, la consigna es clara: ni la UE ni los gobiernos pueden dejarse llevar por la complacencia, ni cometer el error de bajar la guardia.