El mercado de deuda alemana no está dando hoy demasiadas alegrías a la canciller del país Angela Merkel. La rentabilidad del bono a 2 años sube casi un 60% hoy respecto al precio al que cerró ayer. En este momento, el tipo de interíés es del 0,199% frente al 0,125% de ayer, según datos de Bloomberg.
En Alemania pintan bastos. El mercado de deuda, uno de los termómetros más rigurosos para medir la salud de un país, está cambiando de tendencia. Durante 2012, los inversores se llegaron a intercambiar bonos con rentabilidades negativas, especialmente en el bono a 2 años.
A día de hoy eso no sucede. El bono a ese plazo cotiza cerca del 0,2%, rentabilidad que no veía desde el 3 de abril de 2012. El bono a diez años, por su lado, cotiza en ese momento por encima del 1,6%, un 3,34% más que el precio de cierre de ayer.
Según comentan cada vez más analistas, el apetito inversor parece mostrar interíés en deudas soberanas de países como España o Italia. De alguna forma los inversores exigen más a Alemania por comprar sus bonos.
Ayer mismo el Gobierno alemán reconoció que la crisis va a pasar factura este año a su economía, que sólo crecerá un 0,4% y verá aumentar levemente el desempleo, pero se reafirmó en la necesidad de seguir con los ajustes fiscales y las reformas.
La mayor economía europea se ve "lastrada por la crisis de la confianza" que afecta a la eurozona, pero a "Alemania le va bien", resumió el ministro de Economía, Philipp Rí¶sler, en la presentación pública del Informe Económico Anual 2013 que contiene estas previsiones.
El ministro subrayó que un crecimiento del 0,4% "no es una mala cifra", pese a que en la actualización de los pronósticos económicos para este año del pasado otoño, Berlín consideró que su producto interior bruto (PIB) avanzaría un 0,7 % en 2013.
Esta corrección a la baja se explica, según Rí¶sler, por la contracción del 0,5% de la economía alemana en el último trimestre del año pasado, una caída de la actividad más fuerte de lo previsto por el Ejecutivo de la canciller.
Eso se ha de sumar a la incertidumbre sobre el futuro de la eurozona, que ha hecho que muchas empresas alemanas decidiesen en 2012 "posponer, que no cancelar" sus proyectos de inversión en el país, argumentó el ministro. Además, indicó que el sector exterior, fundamental para la economía alemana, va a reducir su exposición a la atribulada eurozona -a la que exporta en la actualidad el 40% de sus bienes y servicios- para reforzar su presencia en Asia y Estados Unidos.