Semana crucial para FCC, que el jueves celebrará un Consejo de Administración ordinario que tendrá carácter extraordinario. La compañía tendrá que decidir el relevo del presidente, Baldomero Falcones, mientras analiza la difícil situación financiera de Esther Koplowitz despuíés de que Guggenheim Partners haya renunciado a entrar en el capital de su sociedad holding.
Fuentes financieras han confirmado que el fondo de capital riesgo estadounidense y FCC han roto las conversaciones que mantenían para que el primero tomase una participación en B-1998, la instrumental a travíés de la cual Esther Koplowitz mantiene la mayoría del accionariado del grupo de construcción, infraestructuras y servicios.
Las negociaciones entre Guggenheim Partners y la empresaria se han roto por las exigencias de la firma con sede en Chicago y Nueva York, que gestiona más de 160.000 millones de dólares (unos 120.000 millones de euros) en activos. En concreto, fuentes financieras indican que el private equity quería entrar en B-1998 a un precio de derribo a sabiendas de las dificultades por la que atraviesa Esther Koplowitz.
“Su ofrecimiento era como el de Nicolas Berggruen en Prisa. Aportar fondos para poco a poco quedarse con la mayoría", explica un financiero conocedor de las negociaciones. Se refiere a la inyección de capital que en 2010 hizo Liberty en el grupo de medios de comunicación, del que han pasado a tener el 57% del capital, mientras la familia Polanco se ha quedado con un 30% del 70% original.
Otras fuentes sostienen que “el asunto Guggenheim está muerto. La única solución es poner dinero nuevo arribaâ€, en referencia a B-1998. Esta sociedad tiene una deuda próxima a los 1.000 millones de euros que fue refinanciada en 2011. BBVA y, en menor medida, Bankia le dieron hasta 2017 a Koplowitz para devolver ese dinero con el que la empresaria había comprado las participaciones de su hermana Alicia, de Ibersuizas y de la familia Peugeot.
Deuda personal y deuda corporativa
Los dos bancos tomaron en garantía casi el 60% del capital de FCC a cambio de alargar el vencimiento a un precio de Euribor más 300 puntos básicos. Pero cuando se renovó el críédito, las acciones se cambiaban a 18 euros. Ahora lo hacen a 11 euros (bajaron hasta
, por lo que la empresaria debía aportar más dinero –ya no posee títulos adicionales- para cubrir la diferencia. En 2011 ya aportó casi 300 millones para tapar el agujero. Por este motivo, fuentes cercanas al grupo indican que el futuro de la sociedad está en manos del banco que preside Francisco González.
BBVA tiene como norma no hablar de la relación financiera con sus clientes, pero personas vinculadas a las dos partes aseguran que “el banco se está portando bienâ€. Aunque en BBVA indican que se trata a todos los usuarios por igual, otras fuentes añaden que González está siendo muy receptivo a la petición de indulgencia recibida por un gran empresario español muy próximo a la familia Koplowitz. Si el banco se queda con la deuda de B-1998, inmediatamente pasaría a ser el primer accionista de la constructora, que ya sacrificó el dividendo a petición de González.
FCC ha declinado hacer cualquier comentario sobre esta información debido a la confidencialidad de las conversaciones. La empresa tampoco hizo ninguna referencia al posible acuerdo con Guggenheim en el comunicado que envió a la CNMV el pasado 11 de enero para salir al paso de las informaciones sobre el cambio en la presidencia ejecutiva de Baldomero Falcones por Juan Bíéjar. El organismo regulador tampoco se lo exigió, pese a que la cotización llegó a dispararse un 15% en apenas dos semanas.
Ambas cuestiones serán tratadas en el consejo que FCC celebrará previsiblemente este jueves, reunión en la que Bíéjar debería relevar en la presidencia a Falcones. El todavía presidente podría quedarse en la sociedad con algún cargo honorífico tras no prosperar su última propuesta de poner en marcha un brusco plan de ajuste en el grupo para volver a ganar dinero en tíérminos operativos en 2014. Bíéjar es actualmente presidente de Cementos Portland, filial cementera de FCC, y presidente de Globalvía, firma de concesiones participada por la constructora y Bankia. Las dos subsidiarias tambiíén han tenido que recapitalizarse.
El relevo en la cúpula de FCC y las conversaciones con Guggenheim se están produciendo mientras la compañía tiene pendiente la presentación de su nueva estrategia de negocio, que necesiaramente tiene que pasar por más ventas de activos. El grupo debe afrontar la reestructuración de unos 900 millones de pasivo de la filial británica de servicios WRG y otros 640 millones de un críédito sindicado que vence entre los meses de abril y mayo.