Algunas de las principales empresas cotizadas españolas podrían sufrir movimientos en su accionariado en breve, con el consiguiente efecto en Bolsa. El motivo es que entre sus accionistas de referencia se encuentran algunas de las antiguas cajas de ahorros, obligadas a desprenderse de su cartera industrial.
IAG, Mapfre, NH Hoteles, Iberdrola, Deoleo o Tecnocom son solo algunas de las compañías que en las próximas semanas podrían ver movimientos en su accionariado con el consiguiente efecto en su cotización en Bolsa. Todas ellas, junto a una docena más, tienen en común que entre sus accionistas de referencia cuentan con una o con varias de las antiguas cajas de ahorros. Estas entidades podrían empezar a soltar lastre y deshacerse de sus participaciones industriales.
Concretamente, las entidades nacionalizadas no tienen mucha elección y por imperativo de Bruselas tendrán un plazo de cinco años para vender su cartera industrial además de otros activos.
Históricamente, las cajas de ahorro han guardado su cartera industrial como un tesoro. No era para menos teniendo en cuenta que eran un buen colchón que les daría plusvalías cuantiosas si se veían necesitadas de deshacerse de ellas y, por otro, generaban importantes dividendos.
Reestructuración
Sin embargo, los importantes cambios que se están produciendo en el sector financiero están dando un giro a la estrategia de las entidades financieras. "Los planes de reestructuración de la banca, aunque positivos para devolver la tranquilidad al sector, implican algunas consecuencias. Una de ellas es la incertidumbre de quíé pasará con las participadas de estas entidades. El proceso ya se ha iniciado con la venta de Enagás por Liberbank o de Sacyr por NCG", recuerda Victoria Torre, directora de análisis y producto de Self Bank.
Los analistas creen que el buen momento por el que atraviesa la Bolsa española podría ser aprovechado por estas entidades para deshacerse de sus participaciones en las cotizadas.
"Viendo el rally de las Bolsas, la mayoría de las cajas apostará por apurar al máximo el tiempo para deshacer posiciones en inversiones en cotizadas", explica David Galán, director de Bolsa General. Y es que muchas de las participaciones cotizan por debajo de su valor en libros. Desde algunas gestoras advierten que no hay que perder de vista a muchas cotizadas que pueden verse afectadas por estos movimientos en sus accionariados. Sin embargo, David Galán advierte que lo realmente importante no es la compra o venta en sí, ya que la caja vende su paquete accionarial y otro grupo accionarial comprará ese paquete sino el precio al que se realiza esa operación y que normalmente está un poco por debajo del precio de mercado.
"En general, no afecta mucho porque en principio la cotización del valor cae a buscar ese precio al que se pacta ese intercambio de la participación pero despuíés suele recuperar, ya que de cierta manera indica que a esos precios el título está a un precio razonable o atractivo donde grandes inversores todavía están dispuestos a entrar", añade el experto.
Solo hay que ver los últimos movimientos. Bankia salió del accionariado de Bolsas y Mercados Españoles (BME) en marzo de 2012 al vender el 4,193%, una participación histórica. Con esta operación, la entidad registró unas plusvalías de 8 millones de euros. Las acciones del holding bursátil cayeron un 1%. Sin embargo, desde entonces suben más de un 20% y en lo que llevamos de año el valor se ha revalorizado un 14%.
Julián Coca, gestor de Inversis Banco, cree que no hay que perder de vista los movimientos en IAG o Mapfre donde Bankia tiene un 15% y un 12%, respectivamente, ya que se trata de paquetes grandes.
Por su parte, Gemma Hurtado, gestora de Mirabaud, apunta que el hecho de que estas entidades estíén en el capital de cotizadas es una losa. Indra es una de estas compañías. Hurtado cree que el hecho de que Bankia tenga un 12% resta potencial de subida a la cotización.
Valores más volátiles
NH y Deoleo, valores más estrechos y menos líquidos, podrían sufrir más volatilidad en los próximos meses, según apunta David Galán. A juicio del experto, la hotelera además cuenta con la desventaja de que tiene a más de una caja en apuros entre sus accionistas, Bankia y NCG.
Torre, de Self Bank, advierte que NCG podría desestabilizar a Tecnocom de la que posee un 20%.
CaixaBank, la otra cara de la moneda de Bankia
Las dos entidades que mayor cartera industrial han acumulado a lo largo de los años han sido Bankia y CaixaBank, aunque su situación es totalmente opuesta. En el caso de la primera, su reciente nacionalización conlleva la obligación de desprenderse cuanto antes de todas sus participadas entre las que se encuentran compañías importantes del mercado continuo como IAG, Mapfre, Indra o la elíéctrica Iberdrola aunque ya ha salido de otras como Bolsas y_Mercados Españoles (BME). En el extremo opuesto está el grupo La Caixa, holding que es accionista de referencia de importantes empresas cotizadas españolas. Controla el 13% de la petrolera Repsol, el 5% de Telefónica, el 23,5% de Abertis y el 35% de Gas Natural. La buena situación de la entidad en tíérminos de solvencia ha hecho que la caja catalana no tenga ninguna presión para deshacerse de su cartera industrial.
Por otro lado, los analistas recuerdan que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) sigue siendo un importante accionista de referencia de muchas cotizadas, algo que podría generar algo de incertidumbre en estas compañías. Con el objetivo de reducir el díéficit presupuestario, y a la espera de que mejoren las condiciones de mercado, en este año se puede producir la venta de las participaciones en compañías cotizadas que ostenta la SEPI.
La casa de análisis Norbolsa incluye en este grupo a las energíéticas Red Elíéctrica y Enagás. "Desde el punto de vista accionarial se ha reducido sustancialmente la presión de papel que ejercía la presencia de las cajas de ahorro y del Estado en las mismas. El principal riesgo está en el 10% de REE que SEPI podría colocar", señala esta firma.