Arenillas quiere dejar la CNMV
Carlos Arenillas ha dicho basta. El políémico vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el órgano supervisor de los mercados financieros españoles, comunicó esta semana su voluntad de dejar en octubre el cargo al que llegó en 2004. De este modo, renuncia al segundo mandato al que, por ley, podría haber tenido derecho. Con su marcha, se pondrá fin a una de las etapas más oscuras de la CNMV en sus 20 años de historia.
Sin duda, los escándalos han sido unos compañeros inseparables de Arenillas en su paso por la institución. Y en este sentido, nadie como el ex presidente de la CNMV Manuel Conthe, del que fue número dos entre el 6 de octubre de 2004 y el 24 de abril de 2007, ha definido mejor las sospechas que siempre le han envuelto.
Petición de Conthe
"La CNMV no sólo debe ser independiente, sino parecerlo, y eso es imposible en el caso de Arenillas", denunció en la comparecencia que Conthe protagonizó en el Congreso para explicar los motivos de su dimisión. Es más, en ese mismo momento le invitó a dimitir: "Debe tener un gesto de generosidad y lealtad hacia la institución y renunciar al cargo conmigo".
Pero no lo hizo. "No tengo previsto dimitir", llegó a responder en junio de 2007 a una pregunta formulada por elEconomista a propósito de los crecientes problemas que le acechaban. Por tanto, se aferró al cargo y, con su permanencia, prolongó la sombra de la sospecha sobre el policía de los mercados españoles. Unos recelos que parten de su estrecha relación con la Moncloa a travíés del ex responsable de la Oficina Económica y actual ministro de Industria, Miguel Sebastián.
De hecho, su nombramiento, así como el del propio Manuel Conthe, levantó ampollas por su tono marcadamente político. Con ellos, el Gobierno parecía tomar las riendas de un órgano cuya actuación resulta clave a la hora de aprobar o rechazar los movimientos corporativos en nuestro país.
Negocios irregulares
Las primeras piedras de su convulsa trayectoria en la CNMV las puso desde el primer momento. Según establece el artículo 2 de la ley de incompatibilidad de altos cargos de 1995, Arenillas no podía tener ningún otro cargo ni representación en ninguna empresa, bien sea pública o privada.
Sin embargo, las investigaciones de elEconomistate que se mantuvo como presidente demostraron posteriormen y administrador único de una sociedad patrimonial, Tagomago Investment S. L., hasta varios meses despuíés de su desembarco en el supervisor a comienzos de octubre de 2004.
Tambiíén se mezclaron sus intereses públicos y privados por su permanencia como consejero de la productora de cine Story Board hasta marzo de 2005. Casualmente, esta empresa empezó a crecer como nunca tras la llegada de Arenillas a la Comisión.
Los hechos se precipitan
Ya con mando en plaza, en 2005, tal como se supo posteriormente por las acusaciones formuladas por Manuel Conthe. Ese año, tal como relató el ex presidente de la entidad, Arenillas recibió instrucciones de la Oficina Económica y actuó como "correa de transmisión" para difundir un dossier sobre supuestas irregularidades en la venta de la sociedad FG Valores, propiedad del ahora presidente de BBVA, Francisco González, a Merrill Lynch en 1996.
Con dicha documentación, la CNMV investigó los hechos, aunque luego cerró el caso por unanimidad del Consejo sin encontrar delito alguno.
Dicha maniobra fue interpretada como una trama, orquestada desde la Oficina Económica, con la que provocar que Francisco González dejara la presidencia de la entidad financiera. Sobre todo, se dejó notar la mano de Miguel Sebastián, que fue director del Servicio de Estudios de BBVA y cuya salida del banco, en 2003, se produjo precisamente por las diferencias con Francisco González.
Pero el año 2005 dio para más. A comienzos de septiembre, Gas Natural lanzó su famosa oferta pública de adquisición sobre Endesa. Si desde un primer momento esta operación ya tenía un regusto político, las sospechas arreciaron conforme se fue prolongando y complicando. Si la aparición en escena de la alemana E.ON dio argumentos a Manuel Pizarro, presidente de Endesa, para plantear una defensa numantina de la elíéctrica... tambiíén se los proporcionó a quienes quisieron dirigir estos movimientos.
Así, Conthe denunció presiones del Gobierno para que la CNMV intercediera en favor de la italiana Enel y la constructora española Acciona en la opa de Endesa con el objeto de frenar a la compañía germana. Una vez más, el nexo entre los políticos y la CNMV parecía ser Carlos Arenillas.
La cena de la políémica
El problema es que el resultado final de esta operación fue demasiado ruidoso. Se saldó con la dimisión de Manuel Conthe, quien, en su marcha, no dudó en cargar contra Arenillas y su controvertida labor en el órgano supervisor. í‰l, sin embargo, no lo creyó así. "Honradamente, creo que hay que coger perspectiva y el tiempo dirá, pero creo que la CNMV ha actuado correctamente", manifestó en defensa de la intervención del órgano en el culebrón Endesa.
Desde entonces, quedó marcado. Sus movimientos, sus actuaciones, sus decisiones, todo estaba bajo sospecha. Más aún cuando, tambiíén en abril del año pasado, se conoció que, el 11 octubre de 2006, había aceptado una invitación de la gestora Vega Fund Holding Agencia de Valores para cenar con el presidente de esta firma, Ravinder Mehra.
La factura, desde luego, revela que no lo pasaron nada mal: ascendió a 1.429 euros. Tres meses despuíés de este homenaje, Vega contrató a Jaime Arenillas, el hermano del vicepresidente de la CNMV. Y el 2 de abril, el regulador tramitó la autorización pertinente a un fondo de la gestora, que en ese momento atravesaba por graves problemas.
Demasiada carga política
Todo este bagaje ha politizado sobremanera la imagen de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que ahora cumple 20 años en medio de una importante crisis de credibilidad.
Precisamente por este motivo, la renuncia de Carlos Arenillas puede suponer un punto de inflexión para el órgano regulador. A la espera de conocer si el sucesor de Conthe, Julio Segura, sigue en el cargo, una incógnita que se resolverá en octubre, la marcha del hasta ahora vicepresidente de la CNMV puede ser la mejor oportunidad para lavar la maltrecha imagen de la entidad reguladora, que ha quedado seriamente tocada tras la sucesión de acontecimientos que se ha producido en los tres últimos ejercicios.
Sin embargo, los precedentes no invitan al optimismo. Desde el nacimiento de la CNMV, la vicepresidencia siempre ha tenido un revestimiento político. Así, el primer presidente, Luis Carlos Croissier, se trajo como número 2 a su colaborador Josíé Manuel González Hermoso. Posteriormente, el nombramiento de Luis Ramallo, en 1996, tambiíén respondió a motivos políticos tras el triunfo electoral del Partido Popular.
Estos casos, sumados al de Arenillas, ilustran la carga partidista que acompaña a este puesto desde el nacimiento de la CNMV. Eso sí, tambiíén ha habido excepciones, como la de Aníbal Sánchez y Juan Jesús Roldán, cuyo perfil era más tíécnico. Pese a ello, el propio Conthe era pesimista al respecto. Por eso, entre las sugerencias que realizó cuando dejó la Comisión figuró la de suprimir el cargo de vicepresidente.
Reacciones inmediatas
Con el currículum que Arenillas ha acumulado a lo largo de los cuatro últimos años, no extraña que las reacciones se sucedieran entre la clase política y que hubiera una evidente división de opiniones.
El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, que reveló la voluntad manifestada por el todavía vicepresidente de la CNMV de dejar el cargo en octubre, no escatimó elogios hacia su persona. Destacó que Arenillas "ha realizado un excelente trabajo, porque es un buen conocedor de los mercados". En declaraciones a la Cadena Ser, Solbes reconoció que el número 2 de la Comisión ha alegado "motivos personales" para justificar su decisión.
Totalmente opuesta fue la reacción desde las filas del Partido Popular. La portavoz parlamentaria en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, valoró que el adiós de Carlos Arenillas se trata de una "futura dimisión a plazo" y consideró que "ha tardado bastante en materializarse". Al mismo tiempo, la portavoz del PP indicó que es necesario "un funcionamiento más independiente y más neutral por parte de los organismos reguladores y, entre ellos, especialmente la Comisión Nacional del Mercado de Valores".
