Manuel Alcantara.
Los jóvenes emigran para esquivar la pobreza y algunos señores maduros, tirando a podridos de dinero, tambiíén se van, para esquivar a Hacienda.
Nunca hemos estado tan mal de puestos de trabajo ni tan bien de ladrones, pero el reparto es muy desigual.
No nos quejamos de que siempre haya ricos y pobres, sino de que sean siempre los mismos y de que se les añadan otros nuevos dispuestos a conocer ambas situaciones.
Hemos hecho una España diferente incluso a ella misma. Si se le hiciera una foto para el carnet de identidad histórico no se reconocería.
Las comunidades tienen poco en común, cuatro de ellas acumulan, no creo que por egoísmo, el 40% de la miseria laboral.
Andalucía, donde todo el mundo viene a llevarse algo, aunque sea un trocito de sol pegado a la piel, se ha llevado la palma pero compiten con ella otras regiones como Extremadura, Canarias y Castilla-La Mancha.
Tambiíén entre los pobres hay clases, quizá por que no haya ninguna clase de trabajo.
En Cádiz se registra la plusmarca de desempleo. En la que fue la ciudad mas antigua de Occidente, lo único nuevo es poder encontrar una ocupación para no verse destinado a cobrar la prorroga de los 400 € que ha acordado el gobierno, con el fin de que nadie le meta la mano en el plato a los que siguen practicando la costumbre de comer algo todos los días.
Cádiz tenía danzas y leyes en verso cuando los ancestros de la señora Merkel se comían el codillo y chucrut con las manos.
Las decadencias son siempre aborrecibles porque al que tuvo le queda muy poco que tener, sobre todo si se lo han llevado los políticos indignos de este nombre, que son duchos en la arte de rebajar.
Ahora quieren rebajar la tensión en Cataluña, pero lo único que están rebajando son los sueldos de las persona decentes que siguen conservando un trabajo superior a los 400 €.
Llegara un momento en que no les compense…
