Agrolimen, el conglomerado alimentario catalán propiedad de la familia Carulla, registró unas píérdidas netas de 122,3 millones de euros en el ejercicio 2011, según las últimas cuentas que ha depositado en el Registro Mercantil de Barcelona. Es una cifra que contrasta con los beneficios de 18,4 millones que registró un año antes.
El cambio de tendencia en la evolución de la compañía, propiedad de marcas como Gallina Blanca o Pans and Company, y su entrada en números rojos no está relacionado, en teoría, con la evolución de su negocio tradicional de alimentación, sino que se debe a aventuras empresariales que no fructificaron en otros segmentos de negocio, según explican fuentes próximas a la empresa. Los proyectos para diversificar la inversión puestos en marcha no han acabado de fructificar y los Carulla han optado por amortizar estas inversiones centradas en el ámbito de capital riesgo y que se canalizaban a travíés de la sociedad Quercus Equity Partners.
Constituido en 2004, Quercus fue el vehículo que la familia utilizó para invertir en segmentos ajenos al gran consumo. Entre algunas de las inversiones que se llevaron a cabo en su día destacan, por ejemplo, la aerolínea de bajo coste Clickair, que posteriormente se fusionó con Vueling;la empresa de instalaciones musicales y de iluminación para espectáculos Música Viva, y la productora de paneles luminosos Odeco Electrónica