Las autopistas estatales de peaje registraron un tráfico diario de 17.193 vehículos de media en los diez primeros meses del año, una cifra que arroja un descenso del 30 % desde los máximos que se contabilizaban antes de la crisis y que supone remontarse a los niveles que se registraban hace quince años.
Y es que, desde comienzos de 2012 hasta los últimos datos disponibles, el tráfico de estas vías se hundió un 10% frente a un año antes y cerró el periodo con el peor mes de octubre que se recuerda desde 1997, al registrar una media de 14.941 vehículos, según datos del Ministerio de Fomento.
La notable caída de los tráficos, el sobrecoste de las expropiaciones, la píérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos, el incremento de los carburantes y la existencia -en muchas ocasiones- de carreteras gratuitas que cubren el mismo trayecto, ha llevado a seis autopistas de peaje al concurso de acreedores.
En este contexto, marcado por la recesión económica, por una tasa de paro que roza los 6 millones de personas y por el cese de numerosas pymes y autónomos, la caída de los tráficos se ha acelerado de forma progresiva desde 2006, cuando este indicador comenzó a contraerse tras años de expansión.
La subida de los peajes anunciada por el Ministerio de Fomento a finales de julio del pasado año y el incremento del IVA, que entró en vigor en septiembre de 2012, han alejado aún más los tráficos desde los máximos que se alcanzaban en 2006.
Entonces, la Intensidad Media Diaria (IMD) de estas carreteras en los diez primeros meses del año llegaba a superar los 24.400 vehículos diarios.
Por si fuera poco, desde que comenzó la crisis económica en 2007, el tráfico en las autopistas estatales de peaje se ha desplomado un 27% hasta octubre.
Por la red de autopistas estatales de peaje, que desde que comenzó la serie histórica en 1990 se ha incrementado un 50 % hasta los 2.559,5 kilómetros, circularon hasta octubre una media diaria de 2.129 vehículos pesados (camiones y autobuses), la menor cifra desde hace dieciocho años.
Con esta intensidad diaria, la utilización de las carreteras de peaje por parte de estos vehículos ha descendido un 10% en comparación con los diez primeros meses de 2011.
Remontándonos a los niveles máximos que se registraban en 2002, el tráfico de los vehículos pesados ha descendido un 44 % y un 40 % desde el comienzo de la crisis.
Esto ha abocado a la AP-41, que conecta Madrid y Toledo; a la AP-36, que discurre entre Ocaña (Toledo) y La Roda (Albacete); a la R-3, entre Madrid y Arganda; a la R-4, cuyo trazado discurre desde la M-50 (Madrid) hasta Ocaña (Toledo); a la R-5, entre Madrid y Navalcarnero, y a la que discurre entre Cartagena (Murcia) y Vera (Almería) al concurso de acreedores, arrastradas por una deuda conjunta de más de 4.000 millones.
Para intentar aliviar los problemas económicos que atraviesan estas concesionarias, el Ministerio de Fomento recurrió a las cuentas de compensación y a los príéstamos participativos, unas herramientas financieras que, según denuncia el sector, aún no se han abonado.
De hecho, Accesos de Madrid, la sociedad gestora de las radiales R-3 y R-5, no descarta acudir a los tribunales para querellarse contra jueces y funcionarios por prevaricación ante las supuestas irregularidades que se han cometido en perjuicio del sector concesional español y los impagos de la Administración.
Entre las autopistas que más han reducido sus tráficos se encuentra la Madrid-Guadalajara, cuya intensidad media diaria se ha hundido hasta octubre un 23,6 %; la AP-41, con un descenso del 19,4 % y la AP-36, con un 18,9 % menos.
Por su parte, el tráfico de la R-3 cayó un 17,5 %; el de la R-4 un 17 % y el de la R-5 un 15,6 %, en tanto que en la circunvalación de Alicante el descenso del tráfico fue del 12 % y del 9 % en el caso de la Cartagena-Vera.