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Autor Tema: Los inversores huyen de elíéctricas y empresas renovables tras la eníésima reforma  (Leído 153 veces)

Eguzki

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Las medidas aprobadas el pasado viernes por el Consejo de Ministros, encaminadas a reducir el díéficit de tarifa, han hecho explotar la paciencia de los inversores extranjeros enfocados en el sector energíético español. En los últimos dí­as, los fondos internacionales han huido de las empresas de energí­as renovables y elíéctricas, al constatar el alto riesgo que representan estas posiciones ante los constantes cambios regulatorios que está aplicando el Gobierno de Mariano Rajoy.

Los analistas coinciden en que, a fecha de hoy, el sector energíético español ha pasado a identificarse con “caos regulatorio e inseguridad jurí­dica”. No es para menos: en sólo un año, el Ejecutivo ha realizado cinco cambios regulatorios –a los que hay que sumar los aplicados por Gobierno de Zapatero-, que han provocado el descríédito total entre los inversores financieros y un gran enfado entre las firmas de capital riesgo y empresas, la mayorí­a extranjeras, que apostaron sumas millonarias por las energí­as renovables.

El Gobierno aprobó hace un año un decreto por el que se acordaba una moratoria para las renovables. En marzo, dio luz verde a unas medidas para corregir desviaciones por desajustes entre los costes e ingresos de los sectores elíéctrico y gasista; en septiembre se publicó la reforma fiscal para gravar la energí­a y, en diciembre, se eliminó el tope del díéficit de tarifa de 2012. Tras estos cambios, en el mercado se esperaban unos meses de tranquilidad regulatoria, al menos hasta junio. De hecho, ante esta relativa calma, las grandes firmas de inversión habí­an comenzado a revisar al alza los precios objetivos del sector energíético y las agencias de calificación comenzaban a plantearse una mejora del rating.

Esta relativo sosiego se rompió por sorpresa el pasado viernes, cuando el ministro de Industria, Energí­a  y Turismo, Josíé Manuel Soria, anunciaba nuevos cambios en el sector que golpearán con fuerza los resultados de todas las empresas energíéticas, en especial de las renovables. Por un lado, el Ejecutivo ha modificado la forma en que se calcula la actualización anual de los costes de las actividades reguladas (transporte de electricidad, distribución y primas). Si hasta ahora se actualizaban en función del IPC general, ahora se vinculará a la inflación subyacente. Por otro, se elimina la posibilidad que tení­an las renovables de ser retribuidas según la tarifa de mercado más la prima. En total, el Gobierno espera ahorrarse entre 600 y 800 millones de euros, dinero que las empresas dejarán de percibir.

“Este cambio se produce de la noche a la mañana, lo que desencadena una inseguridad jurí­dica total y gran incertidumbre. Las empresas y capital riesgo ya invertido en el sector de renovables tendrán que renegociar, una vez más, el pago de su deuda al cambiar su previsión de ingresos y los bancos, ante la nula predecibilidad regulatoria, impondrán duras condiciones a la refinanciación, que puede hacer inviables muchos proyectos y provocar el cierre de instalaciones ya operativas. Además, la señal de riesgo se ha trasladado con virulencia a los mercados, los inversores ya han comenzado a huir en desbandada de la renta variable y deuda relacionadas con el sector energíético español”, explica el responsable de análisis de una firma de inversión anglosajona.

El impacto en la Bolsa española se ha dejado notar con gran virulencia. Acciona, una de las grandes perjudicadas por las medidas de Soria, pese a que ayer repuntó un 4%, suma un desplome del 20% en la última semana, al tiempo que varias firmas de inversión han recortado sus precios objetivos; ACS cae un 9%; FCC, un 15%; Abengoa, un 7,5%; y Gamesa, un 9,4%. Las elíéctricas tradicionales no se han escapado de la quema: Iberdrola se deja más del 9% y Endesa, un 4,4%.

Es cierto que en estas caí­das no sólo han jugado los cambios regulatorios. A las nuevas medidas de Soria se han unido el fin del veto a las posiciones cortas y la incertidumbre por los escándalos polí­ticos, formando un peligroso cóctel bajista que ya está siendo aprovechado por los especuladores. “El momento para aplicar el bisturí­ al sector de renovables no ha podido ser peor. Se ha hecho en medio de una nueva recaí­da de la confianza en España”, explica un analista.

“Estamos asistiendo a continuos cambios en el marco regulatorio y eso genera mucha incertidumbre. Es muy complejo poder proyectar resultados si cada dos meses se modifican las reglas del juego", explica Juan Josíé Fernández-Figares, jefe de Análisis de Link Securities.

“El sector energíético español se identifica ahora negativamente por el riesgo regulatorio que lleva implí­cito”, añade Alberto Matellán, jefe de Estrategia de Inverseguros, quien constata la huida de los extranjeros de todo lo que huela a elíéctricas y/o a energí­a renovable. “El problema no es que esta sea como la eníésima modificación aplicada, sino que Soria ha anunciado que habrá más reformas este año, con lo que deja totalmente vendido al sector energíético”, corrobora el responsable de inversiones de un banco español.

Los analistas consultados coinciden en afirmar que las continuas reformas en materia energíética han dejado al sector “atado de pies y manos” con inversiones paralizadas y otras en peligro de cierre. “Si hay que hacer una reforma para acabar con el díéficit de tarifa, que se haga de una vez por todas. Pero que se acabe con este goteo de medidas que provoca gran desconfianza, incertidumbre y está ahuyentando a los inversores. Los inversores no toman posiciones si no hay un marco regulatorio estable”, apunta un gestor de fondos.  “Sin duda, las renovables han dado mucho dinero como inversión en los últimos 10 años. Ahora esta historia se ha acabado ante las dificultades fiscales del paí­s. Las empresas que quieran sobrevivir tendrán que buscar negocio en otras latitudes, como así­ lo están haciendo”, afirma Fernández-Figares.