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Autor Tema: La banca lusa, entre las píérdidas ríécord y la recuperación de beneficios  (Leído 174 veces)

Eguzki

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Las elevadas píérdidas presentadas por las dos mayores entidades financieras de Portugal (1.600 millones de euros) ensombrecen la recuperación de los otros tres principales bancos del paí­s, despuíés de un año marcado por las ayudas públicas.

Pese a la ausencia de activos tóxicos, la inexistencia de burbuja inmobiliaria, como en otros paí­ses de su entorno, y del rescate financiero concedido a Portugal, la banca lusa afronta todaví­a dificultades, como ha mostrado esta semana en su presentación de resultados.

Además sigue sin fluir el críédito bancario a familias y empresas, que está considerado una condición clave para estimular el crecimiento económico luso y constituye un problema señalado ya en varias ocasiones por los organismos internacionales, la UE y el FMI, que concedieron el rescate de 78.000 millones de euros a Portugal.

Entre las señales positivas, entidades como el Banco Espí­rito Santo (BES) lograron a finales de 2012 volver a emitir deuda a intereses razonables por primera vez desde mediados de 2010 y aliviar sus problemas de liquidez.

Los beneficios del BES, el Banco Portuguíés de Inversiones (BPI) y el Santander Totta han sido modestos en comparación con los perjuicios del Banco Comercial Portuguíés (BCP), que ha anunciado en 2012 los peores resultados de sus 27 años de historia.

Las operaciones del BCP en Grecia, a travíés de una filial, y el aumento de la morosidad en Portugal -dos de los paí­ses más afectados por la crisis de la deuda- explican la mayor parte de los 1.219 millones de euros de sus píérdidas en 2012, cuando en el ejercicio anterior se habí­an situado en 848 millones de euros.

En suma, más de 2.000 millones de euros de perjuicio en los últimos dos ejercicios, equivalente a casi el 1,2 % del PIB luso.

Los responsables del BCP -en cuyo accionariado figura el banco Sabadell de España- confirmaron esta misma semana que negocian vender su división griega para soltar lastre financiero.

Las autoridades de competencia europeas podrí­an perjudicar al banco si finalmente le exigen que se desembarace de otra filial, su división en Polonia, que registra, en cambio, beneficios.

Tanto el BCP como los demás bancos lusos sufrieron en sus resultados de 2012 el efecto de los refuerzos de capital, para cumplir con la exigencia europea de un Core Tier 1 por encima del 10 %, y de las provisiones por riesgo de impagos en sus carteras de críéditos.

Los efectos de la grave crisis económica que sufre Portugal fueron otro factor que pesó en los resultados del sector, y la estatal Caixa Geral de Depósitos, la mayor entidad del paí­s, achacó a "las persistentes dificultades del escenario económico" píérdidas de 395 millones de euros, aún así­ inferiores a las registradas un año antes (488 millones de euros).

La mejorí­a experimentada en sus filiales en ífrica, Asia y Brasil -en paí­ses de habla portuguesa- contribuyó a frenar el desplome del año anterior, aunque aún sigue suponiendo un porcentaje pequeño respecto a su negocio en Portugal y no compensó las píérdidas registradas tambiíén en España.

Tanto el BCP como la Caixa Geral lograron cumplir con los í­ndices de capital exigidos por la Autoridad Bancaria Europea con holgura, despuíés de recibir, eso sí­, ayuda pública.

El Estado luso concedió 3.500 millones de euros al BCP -procedentes de los fondos reservados a la banca en el rescate financiero concedido al paí­s en mayo de 2011- y otros 1.650 millones de euros a la Caixa Geral.

Tambiíén recibió ayuda pública procedente del rescate el BPI -cuyo principal accionista es la española Caixabank- por valor de 1.500 millones de euros, aunque en 2012 logró revertir las píérdidas del año anterior y presentar 249 millones de euros de beneficio.

En el lado positivo del sector, el Santander Totta, con otros 250 millones de euros de ganancias (casi cuatro veces más que en 2011), y el BES, con beneficios de 96 millones de euros y proyectos para crecer en España, aseguraron ante sus accionistas que lo peor de la crisis ya ha pasado