Ante el estancamiento de la actividad en Francia y la ausencia de estímulos a la economía europea, París se verá obligada a rebajar su previsión de crecimiento
Se intuía desde hace semanas, en los últimos días el Gobierno había empezado a preparar el terreno con globos sonda y desde la noche del miíércoles es oficial. Francia no podrá cumplir su objetivo del 3% de díéficit para este año. Ante el estancamiento de la actividad en Francia y la ausencia de estímulos a la economía europea, París se verá obligada a rebajar su previsión de crecimiento, y según los analistas debería pasar desde el 0,8% actual hasta el 0,3% o el 0,1%, mientras el díéficit sobrepasará al menos en medio punto el 3% previsto.
El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, afirmó el miíércoles que el objetivo de este año no podrá ser alcanzado, pero agregó que Francia “cumplirá su compromiso de llegar al díéficit cero en 2017, y lo que cuenta es la trayectoriaâ€. Según Ayrault, “el crecimiento en Francia, Europa y el mundo es más díébil de lo que se preveíaâ€. El martes, el presidente Franí§ois Hollande ya había afirmado que “no sirve de nada mantener los objetivos si no se pueden cumplirâ€.
El Gobierno toma así nota de las advertencias del Tribunal de Cuentas, el FMI, el Consensus Forecast y la OCDE, que coinciden en afirmar que es imposible que París logre llevar el díéficit hasta las cifras esperadas porque crecerá este año mucho menos del 0,8% que manejaba el Gobierno.
En diciembre, este diario adelantó que Bruselas estaba dispuesta a abrir la mano con el díéficit de España y Francia, dos socios comerciales prioritarios cuyas economías dependen en buena medida de la marcha del otro. El comisario económico, Olli Rehn, confirmó el miíércoles que los países miembros de la UE podrán “beneficiarse de un retraso para corregir sus díéficits excesivos si el crecimiento se deteriora de manera imprevistaâ€. Rehn recordó que en el pasado se han tomado decisiones de ese tipo “en España, Portugal y Greciaâ€, y precisó que la condición para acogerse a la medida es haber hecho los ajustes presupuestarios demandados por la Comisión.
Cada vez más alejada de Berlín, y por tanto de Bruselas, Francia no ha admitido en público la posibilidad de pedir más tiempo para reducir su díéficit. Hollande ha intentado convencer a Angela Merkel, sin íéxito, de la necesidad de estimular el consumo e incluso ha pedido un cambio de política monetaria para relajar la fortaleza del euro. Francia aduce que un euro fuerte perjudica a sus exportaciones y su díéficit comercial, que en 2012 alcanzó los 67.000 millones de euros, tras haber registrado el año anterior un ríécord negativo de 74.000 millones. En el último año, sus exportaciones aumentaron un 3,2% y las importaciones crecieron un 1,3%.