El grupo que preside Rafael Santamaría solicitará concurso voluntario de acreedores tras no lograr un acuerdo con sus bancos para refinanciar la deuda de unos 3.600 millones de euros que actualmente soporta, según ha informado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que ha suspendido la negociación de los títulos de la inmobiliaria.
La compañía inmobiliaria acordó solicitar el concurso en la reunión del consejo de administración celebrada ayer lunes.
"Reyal Urbis confirma que el consejo de administración ha acordado llevar a cabo las actuaciones necesarias a efectos de presentar ante el juzgado competente la solicitud de concurso voluntario de acreedores, ante la inminencia del transcurso del plazo previsto en el 'preconcurso' sin haber alcanzado un acuerdo de refinanciación con sus acreedores", notificó la inmobiliaria al regulador bursátil.
Poco despuíés de que Reyal Urbis enviase su comunicado a la CNMV, el supervisor ha decidido suspender de cotización, "cautelarmente y con efectos inmediatos" los títulos de la compañía al concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones sobre dicho valor. Ayer, las acciones cerraron con una subida del 7,83%, en los 0,12 euros, tras haberse desplomado el 16%.
Según informaban ayer fuentes del sector a Efe, dentro del pasivo financiero de Reyal Urbis figura una deuda de 400 millones de euros con Hacienda y otros 215 millones al Instituto de Críédito Oficial (ICO). Además, Inveryal, la sociedad patrimonial del presidente de la inmobiliaria, Rafael Santamaría, debe 350 millones a con la banca, especialmente a Banco Santander .
La segunda mayor suspensión de pagos
La suspensión de pagos de la compañía que controla y preside Rafael Santamaría será la segunda mayor de la historia empresarial española por volumen de pasivo por detrás de la de Martinsa Fadesa.
El dudoso honor de encabezar la lista es para Martinsa-Fadesa, que en 2009 se declaró insolvente con un agujero de 7.000 millones de euros. El tercer lugar, por detrás de Reyal, lo ocupa Hábitat, que en 2008 se acogió al concurso con una deuda de 2.840 millones. Le siguen Sacresa, que declaró un pasivo de 2.600 millones de euros, y Nueva Rumasa, que adeuda 2.100 millones.
Tanto Martinsa-Fadesa como Sacresa lograron superar los concursos tras lograr el respaldo de los acreedores a sus respectivos planes de pago.