HTC se ha propuesto que su nuevo smartphone marque un hito en la historia de la compañía y para ello ha seguido el ejemplo de las referencias: Apple y Samsung, marcas acostumbradas a manejar los rumores y los anuncios como si les fuera la vida en el empeño. Bajo semejantes modelos, HTC ha convocado a la prensa especializada en Nueva York y Londres para romper el secretismo y desvelar su modelo Nuevo One. Al parecer, aquellos empleados que rompieran la confidencialidad debían pagar una multa de 10 millones de euros.
Bajo esa presión mediática, la apuesta del año de HTC consiste en un dispositivo con sistema operativo Android que incorpora los componentes más avanzados del momento. No puede ser de otra forma cuando trata de pelearse en un mercado en el que no hay tiempo para titubeos.
Peter Chou, director general de HTC, fue el encargado de dirigir la puesta en escena de un smartphone Android de 4,7 pulgadas que destaca respecto a los de su entorno gracias a la fortaleza tecnológica de Sense 5, el diseño de aluminio y la revolucionaria cámara con Ultra Pixel y estabilización de imagen.
Sorprende los apenas cuatro megapíxeles de una óptica especialmente luminosa (f/2.0) que pretende acabar con el mito de la abundancia de megapíxeles. En opinión de los directivos de HTC, la cámara del nuevo One proporcionar un 300% más de calidad lumínica que los smartphones tradicionales. El equipo presume con su tecnología de sonido Boom Sound, y micrófono HDR.
El nuevo HTC One atesora el procesador Qualcomm snapdragon 600 quad-core de 1,7 GHz, y una batería capaz de aguantar 24 horas de dura batalla gracias a sus 2.300 MAh. El equipo, que llegará al mercado en versiones de 32 y 64 Gb y en dos colores (plana y negro), incorpora lo último en conectividad (LTE y NFC) y los sensores de proximidad, luz ambiente además de los tradicionales acelerómetros y sensor de giro.
El caso es que HTC presenta su Nuevo One con el objetivo de hacerse notar en el momento que más lo necesita, precisamente cuando las ventas de sus equipos se han visto resentidas por el ciclón de Samsung. La fuerza comercial del fabricante coreano ha dejado temblando a HTC, al igual que al resto de sus rivales, con una desmesura en tecnología y márketing realmente encomiable. Ante esa situación, la firma taiwanesa ha apostado por el viejo recurso de apartarse de la estela de los líderes y confiar en los valores diferenciales.
En un mercado en el que un puñado de proveedores suministran los componentes a todos los fabricantes de smartphones y tabletas, resulta sensato que HTC dirija su mirada hacia caminos aún sin explorar, siguiendo el ejemplo de los pioneros, aquellos que arriesgaban su suerte por rutas que no aparecían en los mapas.
Al contrario de los rumores de la víspera, HTC no abre la puerta por ahora al sistema Ubuntu.
HTC no ha desvelado el precio del nuevo One, que podría rondar los 500 euros, pero sí adelanta que en EEUU costará 199 dólares con un contrato de dos años. El fabricante asegura que 185 operadores de móviles de 80 países del mundo incorporarán el equipo en sus planes de precios.