El sufrimiento no existe para el Levante, que pasó por el caliente Karaiskakis como por su casa. Los de JIM, que venían de Valencia con un claro 3-0, no dieron ninguna opción al Olympiacos, que no tuvo tiempo ni de plantearse si la hazaña era posible. Europa va conociendo a un equipo siempre serio. El Levante nunca está para bromas.