Por... JIM KUHNHENN
WASHINGTON -- En un aparente esfuerzo por quebrar el estancamiento sobre el presupuesto, el presidente Barack Obama llamó el jueves al presidente de la Cámara de Representantes John Boehner y al líder republicano del Senado Mitch McConnell, ante la cercanía del 1 de marzo, cuando entraría en efecto una serie de recortes automáticos al gasto.
Se trata del primer intento en varias semanas que hace Obama para contactar a los líderes republicanos del Congreso. El paso fue dado en momentos en que ambos partidos se mantienen estancados sobre la vía que van a tomar para evitar los recortes automáticos generales que reducirían 85.000 millones de dólares en varias cuentas del gobierno.
El portavoz de la Casa Blanca Jay Carney calificó el jueves las llamadas como "conversaciones positivas". Pero ni íél ni los colaboradores de los líderes republicanos dieron a conocer detalles sobre las discusiones, el tipo de restricción que en el pasado ha sido indicio de un avance hacia negociaciones productivas.
Obama se veía cauteloso sobre las posibilidades de un avance durante la entrevista que tuvo el jueves en el programa de Al Sharpton por radio y televisión.
"En este momento continuamos aproximándonos a los republicanos y les hemos dicho que esto no será beneficioso para la economía, y no será bueno para la población en general", dijo Obama. "Pero no síé si actuarán, y por eso es que vamos a tratar seguir presionando durante los próximos siete u ocho días".
El portavoz de McConnell, Don Stewart, dijo el jueves que la llamada de Obama fue la primera que ha recibido el legislador desde la víspera de Año Nuevo, cuando la Casa Blanca y el Congreso realizaban negociaciones para evitar que entraran en vigencia una combinación de aumentos tributarios generales y reducciones en el gasto público, que fue denominada como el abismo fiscal.
Desde entonces, Obama ha dejado de lado al Congreso, montando una campaña pública para calificar los recortes del 1 de marzo como perjudiciales para la seguridad nacional y a otros servicios gubernamentales. Obama no se ha retractado de esa estrategia, y tiene previsto para el martes un viaje a Newport News, un área del estado de Virginia que cuenta con fuerte presencia militar.
El inminente recorte de gastos forma parte de los requisitos que incluye el plan presupuestario acordado por Obama y el Congreso en el 2011, que fue preparado para obligar a los legisladores y al presidente a fin de encontrar vías menos onerosas para reducir el díéficit y estabilizar la deuda nacional.
Sin embargo, ambas partes no han hallado alternativa alguna. Y ahora Obama exige que se reemplacen los recortes con una combinación de aumentos tributarios y reducciones más puntuales en los programas gubernamentales. Los republicanos se han negado a aumentar los impuestos, señalando que el Congreso ya ha accedido a una solicitud previa de Obama de aumentar la tasa impositiva para aquíéllos que ganan más.
Carney señaló que los recortes presupuestarios serán abordados cuando Obama se reúna con los gobernadores demócratas a quienes invitó a la Casa Blanca el viernes.