Varios importantes grupos inversores chinos planean construir en terrenos de los municipios de Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz una macrociudad financiera de unos 12 millones de metros cuadrados, al estilo de la del banco Santander en Boadilla del Monte, pero más ambiciosa.
El proyecto incluiría oficinas bancarias y empresariales, hoteles, viviendas, fábricas, instalaciones deportivas, entre ellas un campo de golf, museos, y hasta un hospital, según ha informado hoy el diario EL MUNDO.
De llevarse a cabo, los empresarios chinos invertirían alrededor de 18.000 millones de euros, según fuentes cercanas a la negociación entre los Consistorios y los empresarios, que comenzó en secreto hace varios meses. Según las primeras intenciones de los inversores, que cuentan con el total apoyo del Gobierno chino, el proyecto no tendría nada que ver con el polígono comercial de Cobo Calleja.
Y es que, con esta iniciativa, los chinos quieren cambiar la imagen que se tiene de su país, de 'todos a cien', productos de mala calidad y restaurantes de comida asiática. Pretenden que sea una forma de demostrar al mundo el poderío de la emergente economía china.
El macrocomplejo, que estaría rodeado de zonas verdes, contaría con oficinas bancarias y empresariales, donde recalaría algún banco chino –el Banco Chino de Industria y Comercio (ICBC), el más poderoso del país asiático, se instaló hace pocos en nuestro país– además de varios hoteles exclusivos. Uno de ellos tendrá siete estrellas –Europa hasta ahora sólo tiene uno de la máxima distinción, el Town House Gallery de Milán–, otro de cinco y varios complejos hoteleros más.
El proyecto contempla tambiíén establecer un centro manofacturero para la fabricación y el montaje de productos chinos de una generación superior a los todo a cien. Se trata de poder montar, incluso fabricar, productos con materia prima china de primera calidad, para vender en Europa productos de un nivel superior pero con precios competitivos en el viejo continente.
Se pretende además que se pueda incluso construir una planta en la que se podrían ensamblar en una segunda fase coches cuyas piezas se traerían de China y se montarían en Madrid para el mercado europeo.
Tanto el gobierno regional como el central están al tanto de las negociaciones, aún en fase embrionaria, pero que se intensificarán a partir del próximo mes de marzo, cuando los inversores chinos vuelvan a visitar los terrenos en cuestión.