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MEXICO -- Despuíés de díécadas de depender de la entrada del capital externo para desarrollar su economía, Míéxico ha dado un giro de 180 grados y se ha convertido en un exportador neto de inversión directa de capital en 2012.
El Banco de Míéxico anunció el lunes que las empresas mexicanas invirtieron casi 25,600 millones de dólares el año pasado para comprar plantas y compañías extranjeras, más del doble que los 12,700 millones de inversión extranjera directa que hubo en empresas mexicanas. Un funcionario confirmó que es la primera vez en la historia reciente que la salida excede a la entrada de capital.
Para un país que todavía tiene un pie firmemente plantado en el mundo en desarrollo, la noticia preocupó a algunos analistas y deleitó a otros.
"Míéxico no está en una posición de ser un exportador neto de capitales", señaló el economista Ernesto Piedras de la firma Competitive Intelligence Unit, establecida en la capital mexicana. "El capital financiero es un recurso escaso en Míéxico".
"Míéxico sigue siendo un país con fuertes necesidades de capital, de inversión, en carreteras, en presas, en redes de telecomunicaciones", expuso Piedras. "Es muy lamentable que de aquí salga más recurso del que entra".
El giro se debió en parte a una significativa reducción de la inversión foránea en Míéxico, de 21.500 millones de dólares en 2011 a 12.600 millones, acentuada por la decisión de un banco español de vender unos 4.100 millones de dólares en acciones en sus operaciones en Míéxico.
Pero las cifras muestran tambiíén que compañías mexicanas han más que duplicado la cantidad de dinero invertido en adquirir activos en el extranjero, respecto a los 12.100 millones de dólares en 2011.
En parte, el incremento procedió de las grandes compras de activos en la división de las telecomunicaciones europeas y en el sector petrolero foráneo que ha realizado el magnate mexicano Carlos Slim, considerado el hombre más acaudalado del mundo.
El año pasado, varias empresas de Slim anunciaron transacciones para comprar el 8,4% de la petrolera argentina YPF S.A., así como una cuarta parte de la operadora telefónica austriaca Telekom Austria AG, y un contrato de 3.400 millones de dólares por el 28% de la firma holandesa de telefonía celular y fija Royal KPN NV.
Ese tipo de inversión en el extranjero no es motivo de duelo, estimó el economista Ramiro Tovar.
"Estas grandes empresas (...) no deben de ser satanizadas por estar llevando capital afuera. Esto debe de ser una manifestación del crecimiento de las empresas nacionales", explicó Tovar. "Esto es una señal positiva".
"Como cualquier otro país, Míéxico tiene derecho a tener empresas transnacionales", dijo Tovar al señalar que, si la tendencia continúa, Míéxico podría empezar a recibir más ingresos por dividendos, utilidades y regalías del extranjero como resultado de las inversiones.
Sin embargo, son pocos los que creen que la tendencia llegará a ser permanente. Es improbable que la oleada de compras en el extranjero efectuadas por magnates mexicanos mantenga ese ritmo, y los empresarios extranjeros, que ahora favorecen las inversiones de portafolio en acciones y bonos mexicanos, podrían volver a colocar más inversión directa en fábricas y proyectos de construcción en Míéxico.
Eso sería lo mejor, dijo Piedras.
"Volteemos a ver la infraestructura que tenemos, la calidad de los servicios que tenemos, la cobertura (en telecomunicaciones) que tenemos", indicó. "No estamos como para compartir con el resto del mundo excedentes, porque no los tenemos".