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Autor Tema: "Debemos ajustar rentabilidades: sacar un 2% en bolsa en vez de un 4%"  (Leído 175 veces)

Eguzki

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Si en agosto se hablaba de la muerte de las acciones, en diciembre las previsiones de la mayor parte de los analistas adelantaba que 2013 iba a ser el año de la gran rotación de la renta fija a la renta variable. Transcurridos ya dos meses, lo cierto es que ese movimiento todaví­a no se ha producido con contundencia y la debilidad de la macro continúa acaparando la atención de los inversores.
 
En este sentido, una de las conclusiones más importantes que arroja la III Round Table de Cotizalia y M&G Investments es la que se ha llamado great rotation por las grandes firmas anglosajonas, que es una quimera. "El great rotation es from long to short" asegura Daniel Lacalle, gestor del hedge fund Ecofin. "El problema es que todos los años lo anuncian y nunca ocurre", añade. No en vano, para el experto esto supondrí­a asumir que va a cambiar el ciclo para los Estados, que dejarí­an de endeudarse y de centrar todo su apoyo en la deuda.

Sin embargo, Jaime Martí­nez, director de inversiones de Fonditel, apunta un dato en contra: "Los flujos de fondos en Estados Unidos a ETF de bolsa en las cuatro primeras semanas de enero han sido ríécord desde el año 2000". "¿Y quíé hacemos los que nos dedicamos a esto?", se pregunta Lacalle y añade que "cuando se meten los pequeños, hay que salir". Por ese motivo, Martí­nez no cree que vaya a producirse un gran trasvase de capitales todaví­a, pero sí­ una rotación de carteras con renta variable muy infraponderada a una normalización.
Así­, Ignacio Rodrí­guez Añino puntualiza que "más que una great rotation estamos asistiendo a la búsqueda de rentabilidad por parte de los inversores". Y es que algunos bonos como el alemán o el estadounidense están ofreciendo tipos reales negativos, lo que el año pasado hizo buscar alternativas en el críédito, que ha corrido mucho. Cuando se ha acabado, la gente ha empezado a irse hacia la bolsa. "Es mucho más un tema plurianual y que, poco a poco, conforme las empresas, más que los paí­ses, vayan demostrando que sus balances son fuertes y que están bien gestionadas, va a ser donde estíén las oportunidades", añade.
De esta manera, Juan Suárez de Figueroa, presidente de A&G Fondos, recuerda que "los mercados financieros no son un juego suma-cero y menos con toda esta liquidez puesta encima de la mesa. No necesariamente lo que salga de un activo tiene que ir a otro" y prueba de ello es que, a pesar de la subida de la deuda perifíérica, no ha terminado de caer el bund. "Hay excesivo sentimiento optimista a corto plazo, pero a medio plazo nos queda mucho por recorrer".
 
"Los bancos centrales lo que quieren es que todos nos lancemos a tomar el máximo riesgo, porque a ellos les interesa", asegura Marc Garrigasait, gestor de la sicav Koala Capital. Tanto es así­ que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, así­ como el del Banco Central Europeo, Mario Draghi, lo han reconocido por primera vez en la historia. "Los bancos centrales sólo piensan en ellos y si todos nos lanzamos, al final no habrá escapatoria".
 
Europa va a entrar en la guerra de divisas
 
Y es que las instituciones monetarias de todos los paí­ses han cobrado en esta crisis un papel principal. "Todos los movimientos de quantitive easing, de inyecciones de liquidez, de tipos de interíés al cero... te llevan implí­citamente a una guerra de divisas", apunta Manuel Balmaseda, economista jefe de Cemex. De hecho, el paí­s que más abiertamente ha entrado recientemente ha sido Japón, que ha anunciado que va a depreciar el yen.
 
Pero lo importante de la guerra de divisas no es cómo se puedan mover el dólar, yen o euro, sino las implicaciones que va a tener para todos los activos. "Lo bueno que tiene la guerra de divisas es conocer por quíé se hace. Y se hace porque las grandes exportadoras son una castaña y pierden dinero y detrás hay un deterioro de los márgenes de las empresas bandera, que son oportunidades increibles para los shorts", afirma Lacalle.
 
"La segunda cosa importante es lo que sabe Japón, lo que sabe EEUU y el Banco de Inglaterra, y esto es a quiíén le van a endosar la factura de la inflación -continúa el gestor de hedge fund- y aquí­ en Europa nos vamos a comer la fiesta de todos los demás. Estoy absolutamente seguro de que vamos a caer en la trampa de entrar en la guerra de divisas en Europa". Cuando esto suceda, según Lacalle, es el momento de coger todos los í­ndices europeos y las grandes empresas y ponerse "short hasta el 2019"
Sin embargo, Enrique Roca, exdirector de la gestora de fondos de inversión de Bancaja va un poco más allá y avisa: "Nos tenemos que ajustar a rentabilidades más magras. En lugar de sacar un 4% a la bolsa a largo plazo, esperar un 2% o un 3%, porque en íépocas de bajos tipos de interíés las bolsas, normalmente, no reaccionan hasta que no hay crecimiento".

 
Huir de las modas
 
Y recuerda que "hay compañí­as sólidas, estables, lí­deres mundiales, internacionales que son más seguras que la deuda del Estado". De hecho, Roca defiende que se habla por todas partes de gran rotación "porque está de moda, porque ha salido en Financial Times. En agosto salí­a la muerte de las acciones y en noviembre la muerte de los bonos. Pero no hay que dejarse llevar por las modas y más por el sentido común".