Por... JOSí‰ GUILLERMO íNGEL
Estación Teatro, en la que se representan tragicomedias como La celestina, tragedias como la de Macbeth (que incluye brujas) y comedias como La doma de la bravía, a la par que, igual que en la Edad Media los míédicos y los curanderos se apoyaban en maromeros que tragaban fuego, bailaban sobre pelotas y hacían bailar osos, no faltan mimos, mujeres barbudas y hombres elefante.
Un ambiente del espectáculo con sus Tartufos, Sempronios mal hablados y Otelos obsesionados por el animal de las dos espaldas. Esto sin sumar La Comedia dell’arte, con sus arlequines y colombinas, el uno llorando y la otra en la luna. De todo para reír, suspirar o sonarse la nariz. Y barato, cuando no gratis, que en el escenario de lo cómico y la farsa (en el que abunda la ilusión y la mentira) lo que se necesita es público que grite, patalee y se desmaye. Emociones fuertes, diría un sociólogo posmoderno, que eviten que se caiga en la realidad y el entendimiento y a cambio se vivan cosas que no son.
Lo anterior lo traigo a colación despuíés de que el cómico italiano, Beppe Grillo (nombre parecido al del grillito conciencia de Pinocho), ha desestabilizado el sistema electoral de su país al llevar a su partido, Movimiento 5 estrellas (antisistema), a tener la mayoría en la Cámara con la propuesta que íél es un cómico, un farsante y tiene una capacidad de mentir infinita.
¿Una burla a la democracia? ¿Unos electores que, cansados de sus políticos, votan por lo que estos les significan?
Lo que Beppe Grillo ha propuesto es representar aquello en que la política se ha convertido: cómicos que quieren que se les rían en la cara, farsantes que se creen cosas que no existen y pinochos a los que la nariz les crece más que los proyectos que prometen y no cumplen. Y en funciones de matiníé, vespertina y noche. ¡Fo…
Es claro que la democracia, a pesar de ser el mejor de los sistemas políticos, está en problemas. Y que sus representantes tienen cada vez menos credibilidad, pues los análisis registran que ya no sirven a sus electores ni a los cargos para los que han sido elegidos, sino que se convierten en señores emergentes que lindan con la caricatura y la dictadura, mientras a su lado todo se corrompe.
Y en este escenario teatral, si no mediático, la gente comprende que el sistema democrático se está viniendo al suelo, pues ya no construye ciudadanos (para tener un mejor país) sino que se da al saqueo y empobrece al colectivo a la par que daña el territorio. Entonces que se díé un Beppe Grillo y gane, no es una curiosidad sino el resultado de una condición dada en la que ya no hay voto sino boleta. ¡Uf…
Acotación:Beppe Grillo (en la versión de Disney) se caracteriza por vestir al estilo del siglo XIX, con sombrero de copa, polainas sobre los zapatos, medias de rayas horizontales, un saco que le queda estrecho y un paraguas que le permite resbalarse, caer, dar volteretas y como si nada.
Y es la conciencia de Pinocho.