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Autor Tema: ¿Cómo podemos ser invulnerables a la crí­tica?  (Leído 702 veces)

Scientia

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¿Cómo podemos ser invulnerables a la crí­tica?
« en: Marzo 05, 2013, 08:55:01 pm »
¿Cómo podemos ser invulnerables a la crí­tica?


http://lamenteesmaravillosa.com/como-podemos-ser-invulnerables-a-la-critica/

En ocasiones, podemos preguntarnos cuáles son las habilidades que tienen ciertas personas para poder hacer oí­dos sordos a los comentarios crí­ticos. ¿Es que acaso pueden volverse sordos cuando quieran? No, claro que no. ¿Quíé les hace ser tan invulnerables?

LA CRíTICA Y NUESTRO PENSAMIENTO

La diferencia entre las personas resistentes o invulnerables a la crí­tica y las personas sensibles a íéstas, podemos encontrarla en el pensamiento.

Mientras que las personas sensibles a la crí­tica generan un autodiscurso dominado por pensamientos negativos, que alteran el estado de ánimo, la conducta y desestabilizan la autoestima. Las personas “invulnerables” a la crí­tica, lo que hacen es racionalizarla, y la refutan cuando es incorrecta o no es pertinente.

Veámoslo con un ejemplo.

Pedro y Carlos se encuentran en una discoteca dispuestos a ligar con alguna chica. Pedro es más tí­mido que Carlos, y aunque ambos deseaban hablar y bailar con alguna de las chicas de la discoteca, a Pedro la idea de que alguna le dijera que no, le aterraba, mientras que si le ocurrí­a esto a Carlos, no tardaba ni 10 minutos en poner su atención en otra chica. Por ello, Carlos ligaba más que Pedro.

Incluso, podemos observarlo con otro ejemplo:

Marí­a vive en Madrid y quiere abrir un negocio para comenzar a independizarse. Laura que vive en Barcelona, tambiíén opta por la misma decisión. Pongámonos en el supuesto, de que aunque no se conozcan y no tengan contacto alguno, las condiciones del negocio son las mismas. Cuando Marí­a se lo contó a su pareja y amigos, le pusieron varias crí­ticas a su idea, por lo que se las tomó como que habí­a fracasado, sin intentarlo y decidió no abrir el negocio. A Laura la sucedió lo mismo pero continuo con su idea, aunque modificó algunas gestiones. Unos meses más tarde, Laura pudo abrir su negocio y Marí­a seguí­a sin saber quíé hacer.

¿Quíé observamos?

El miedo a la crí­tica, el temor al rechazo o hacer el ridí­culo es una cuestión de pensamiento. Carlos y Laura, no se desestabilizaron, porque no interpretaron las crí­ticas como un fracaso personal, sino como una posibilidad de intentar algo, que podí­an mejorar. La crí­tica no les significaba un rechazo hacia su persona, como sí­ les ocurrí­a a Pedro y Marí­a.

CRíTICAS CORRECTAS E INCORRECTAS

La crí­tica no puede ofendernos, si nosotros no le otorgamos el poder para ello. Si alguien nos critica injustamente, no sucederá nada que no queramos. No podemos sentirnos mal por los comentarios equivocados de otra persona, ya que el error no es nuestro, sino del otro.

Pero tambiíén puede darse el caso contrario, es decir, que alguien nos critique correctamente por alguna acción o actitud inapropiada que hayamos llevado a cabo, pero esto tampoco deber ser motivo de tristeza, amargura o angustia. Las crí­ticas tambiíén pueden ser constructivas, por lo tanto, aceptíémoslas, pensemos en ellas y busquemos otras alternativas o estrategias de resolución.

Las crí­ticas pueden ser correctas o incorrectas, pero es nuestro pensamiento el que en última instancia le da un carácter perjudicial.



Y, POR LO TANTO, ¿QUí‰ PODEMOS HACER ANTE UNA CRíTICA?

-Tener una actitud asertiva.

La mayorí­a de las veces nadie recibe una crí­tica con agrado, sino que adoptamos una actitud de confrontación. Solemos ponernos a la defensiva, e intentamos desmontar los argumentos del otro, levantando fuertes muros lingí¼í­sticos, la mayorí­a de las veces ambigí¼os.

Es muy importante por lo tanto, intentar ponerse en el lugar del otro, de la persona que realiza la crí­tica, es decir, empatizando un poco, adoptando una postura asertiva. Si nos ponemos en la piel de la otra persona, teniendo en cuenta sus circunstancias y visión del mundo, quizá entendamos mejor su actitud.

Ser asertivos ante la crí­tica, nos permite ser flexibles, abiertos, dialogantes y estar dispuestos a escuchar a los demás. Una actitud asertiva es aquella en la que el tono no se levanta, y en la que cuando no se entiende algún dato, o pensamos que no nos ofrecen toda la información necesaria para entender lo que nos dicen, hacemos preguntas facilitando así­, el entendimiento entre ambos.

-Buscar coincidencias con la crí­tica.

Con esto me refiero a buscar las zonas de verdad de aquello que nos han dicho. Casi siempre es posible que encontremos en los argumentos contrarios una pizca de verdad, porque tambiíén existen crí­ticas semiincorrectas.

Si encontramos alguna verdad, es bueno que lo reconozcamos ante el emisor, pero si comprobamos que no, es preferible el silencio a la mentira.

Buscar que hay coincidencias, le demuestra al otro que tenemos en cuenta sus palabras, y evita en mayor medida que entremos en una discusión de crí­ticas y defensas.

-Expresar nuestra opinión y pactar.

Al expresar lo que pensemos, es muy importante tener en cuenta algunas cuestiones como no ser destructivo con el otro. Para ello, podemos intentar no manejar un lenguaje ambigí¼o,  y centrarnos en los hechos ocurridos.

Evitar las etiquetas, y admitir la posibilidad de que quizá nos hayamos equivocado, tambiíén son dos opciones importantes.

Pero sobre todo, pensar que nosotros no solo somos los errores que cometemos.