La realidad se impone. La recesión está siendo más intensa que lo previsto hace pocos meses, y eso ha obligado al Gobierno y al Banco de España a revisar a la baja sus previsiones para 2013. En uno y otro caso, se trata de adecuar las estimaciones al nuevo contexto recesivo en la Unión Europea, hacia donde se dirige el 60% de las exportaciones españolas. El miíércoles se supo que el PIB de la Eurozona se contrajo en el cuarto trimestre un 0,9% en tíérminos interanuales (respecto del mismo periodo del año anterior). Y ayer, que el Banco Central Europeo (BCE) rebajó sus previsiones de crecimiento para 2013. La Eurozona, según sus nuevas estimaciones, se contraerá este año entre un 0,1% y un 0,9%.
Aunque las nuevas previsiones no están cerradas, las autoridades económicas estiman que es muy probable que el PIB se contraiga este año “en torno a un 1%â€, según las nuevas estimaciones del Ministerio de Economía. Es decir, el doble que las últimas previsiones del Gobierno, que estimaban una caída de la actividad equivalente al 0,5%.
Con este supuesto se hicieron las proyecciones de díéficit o deuda pública en circulación. Entre los factores que lastran el crecimiento se encuentra el comportamiento del sector exterior, pero no sólo debido a la debilidad de la Eurozona. Tambiíén como consecuencia de la apreciación del euro -ayer se mantuvo en el entorno de 1,31 dólares-. Algunos informes de la Secretaría de Estado de Comercio estiman que el encarecimiento del euro respecto de su tipo de equilibrio puede restar este año 0,5 puntos de crecimiento a España.
Por su parte, el Banco de España -que fue el que más se acercó el año pasado al -1,4% que ha anunciado finalmente el INE- es muy probable que empeore algo esa tasa, hasta situarla en el -1% y el -1,5%, en línea con lo que prevíé la mayoría de los institutos de coyuntura españoles. El consenso de Funcas -en el que participan 19 institutos de coyuntura- prevíé una caída del PIB del 1,5 este año.
En todo caso, el dato que ofrezca el Banco de España se situará muy lejos de sus últimas previsiones. Hace poco más de un año, el servicio de estudios del banco central, que dirige el incombustible Josíé Luis Malo de Molina, estimó que este año el PIB avanzaría un 0,2%, tasa que hoy se antoja imposible.
Caen las bases imponibles
La revisión del cuadro macroeconómico se hará coincidir con la presentación del nuevo Programa de Estabilidad que el Gobierno enviará a Bruselas dentro de pocas semanas, y se justifica por el empeoramiento de todos los componentes de la demanda interna. En particular, el consumo privado, muy afectado por la destrucción de puestos de trabajo y la moderación de las rentas de los hogares, principalmente de las de origen salarial. El sector exterior, igualmente, se comportará de forma menos expansiva debido al empeoramiento de la coyuntura en la mayoría de los países hacia los que se dirigen las exportaciones.
En el caso de las rentas salariales, se trata de una coyuntura parecida a la de 2012. Los datos más recientes de la Agencia Tributaria estiman que el año pasado las bases imponibles del conjunto de la economía -sobre las que Hacienda aplica la presión fiscal- se redujeron un 4%, por encima de la demanda interna. Es el quinto año consecutivo en que bajan las bases imponibles, lo que refleja la debilidad general de la economía.
Incluso aunque la prima de riesgo se consolide por debajo de los 250 puntos básicos (ayer cayó hasta el entorno de los 340), su efecto sobre la economía real será lento. La política monetaria (aunque sea con una rebaja de los diferenciales sin necesidad de que el BCE baje tipos) tarda al menos dos o tres trimestres en tener consecuencias en la actividad productiva. Primero se recuperan los indicadores cualitativos (confianza de los consumidores o de los empresarios) y a continuación lo hacen los cuantitativos (producción industrial).
La noticia positiva, al menos, es que el perfil de actividad irá de menos a más. O dicho en otros tíérminos, el primer trimestre será el peor, y a partir de ahí, si no hay nuevos sobresaltos, la economía se comportará mejor. Aun así, los panelistas de Funcas estiman que el PIB seguirá con tasas negativas en tíérminos intertrimestrales hasta el cuarto trimestre (-0,1%). El Gobierno, por el contrario, estima que ya en el tercer trimestre España podrá dejar atrás la recesión.
El tiempo dirá quiíén tiene razón. Pero hoy por hoy lo que está claro es que nada indica un súbito cambio de tendencia a mejor. Al menos, el año 2013 va a ser el de la recuperación de los resultados del Ibex (con un fuerte crecimiento si nos atenemos a las previsiones del consenso), aunque en gran medida sea debido al efecto de la reducida base de la que se parte, sostiene Bankia. Más prudentes son las previsiones en cuanto a la evolución de los ingresos, en las que se aprecia un perfil de mejora trimestre a trimestre, pero muy leve.