El recorte del gasto público continúa imparable. Lo llamativo es que ahora el ajuste está afectando con mayor intensidad en la nómina de altos cargos, que se ha reducido a niveles de hace una díécada. En concreto, y según los datos más recientes de la Intervención General del Estado (IGAE), esta partida consumió el año pasado 66,05 millones de euros. Dicha cantidad, en todo caso, es irrelevante respecto de los 26.851 millones que se dedicaron a pagar los gastos de personal a cargo de la Administración central y sus organismos autónomos.
Lejos quedan los 84 millones de euros que se destinaron a retribuir en 2009 a los altos cargos. A partir de ese año, y en coherencia con las políticas de ajuste del gasto público, la Administración general fue reduciendo no sólo su número, sino tambiíén sus emolumentos en tíérminos reales, unas veces congelando sus sueldos o incluso bajándolos, y otras eliminando la paga extraordinaria de Navidad, como sucedió el año pasado. El resultado es que en 2012 el gasto en altos cargos cayó un 8,2% respecto del año anterior.
¿Y cuántos altos directivos hay en el Estado? Los datos de 2012 no están todavía cerrados, pero la información de la Intervención General correspondiente al año anterior refleja la existencia de 399 altos funcionarios en efectivo. Esta cifra incluye tanto a los empleados públicos de la Administración central como los de los organismos autonómicos.
Según la legislación actual, se considera ‘alto cargo’ a los miembros del Gobierno, secretarios de Estado, subsecretarios, secretarios generales de los ministerios, delegados del Gobierno, y los jefes de misión diplomática permanente ante organizaciones internacionales, además de directores generales, presidente de RTVE o los altos ejecutivos de entidades de derecho público. Asimismo, los presidentes de los órganos reguladores, el del ICO y los miembros del gabinete de la Presidencia del Gobierno y en general cualquier cargo nombrado directamente por el Consejo de Ministros.
El número de altos cargos, sin embargo, no refleja con fidelidad los puestos de libre designación, con salarios más elevados como regla general. En esta categoría hay que incluir al personal eventual, cuyo número es muy relevante. En 2011, de hecho, existían 739 altos cargos de libre designación que ocupan un trabajo que se considera de confianza o de asesoramiento no reservado a personal funcionario.
Lo que cuestan los eventuales
¿Y cuánto cuestan esos eventuales? Pues según la Intervención del Estado, su nómina ascendió el año pasado a 31,8 millones de euros, lo que representa un descenso del 17,4% respecto del año anterior. Esto quiere decir que, en total, la plantilla de altos cargos cuesta cerca de 97 millones de euros al año en la Administración general. Con datos cerrados a 2011, su número asciende a 1.109, sin contar las Administraciones perifíéricas, que es donde se concentra la mayoría del personal a cargo del sector público.
Los datos de la IGAE ponen de relieve, igualmente, que el Estado se gastó el año pasado en nóminas 26.851 millones de euros, lo que supone una disminución del 2,1%. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el sistema de clases pasivas (los funcionarios jubilados) aumentó su gasto un 4,7%, mientras que, por el contrario, el paso de sueldos entre los empleados públicos cayó un 6,5% debido a las medidas de consolidación presupuestaria: práctica congelación de la oferta de empleo público y recortes salariales. En total, el ahorro ha sido de 1.077 millones de euros.
Cabe destacar, por último, que el capítulo que la IGAE denomina ‘incentivos al rendimiento’ -la productividad- lejos de disminuir en el marco de la política de recortes, continúa subiendo, hasta los 728 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 2,4%.
