La relajación de las tensiones en el mercado de deuda pública ha instalado un tiempo de calma con tintes de optimismo complaciente en las bolsas de buena parte del mundo. La caída de los diferenciales y del rendimiento de los bonos -la prima ha bajado de los 325 puntos y los títulos a diez años del 4,73%- está dejando como claros beneficiarios al sector financiero y a compañías como Mapfre, más vinculadas por su negocio a la deuda soberana.
La aseguradora fue una de las firmas más castigadas del Ibex 35 durante el pasado verano, cuando las tensiones en la deuda española ponían en entredicho el futuro del euro. Entonces, un 25 de julio, llegó Mario Draghi y su ya mítico “y será suficienteâ€. Estas palabras marcaron un punto de inflexión en los mercados y tambiíén en la cotización de Mapfre, que desde comienzos de 2012 perdía un 45%. Desde entonces el valor es el segundo del Ibex 35 que más se ha revalorizado (un 97%) y los analistas han comenzado a emitir perspectivas favorables sobre la compañía y a elevar sus estimaciones a doce meses vista.
Tras más de cinco meses sin recibir recomendación de compra alguna, este lunes los analistas de Bankia Bolsa y NMAS1 han mantenido sus buenas perspectivas sobre el valor, situando su precio objetivo a un año en los 3 y los 2,75 euros. De cumplirse estas estimaciones, supondría un potencial alcista de entre el 12% y el 15%, en un valor que ayer cerró a 2,6 euros. Esto ratificaría el buen hacer de un valor que, a finales del mes de julio, tocaba mínimos de 2002.
La caída de la rentabilidad de los bonos perifíéricos está detrás del brillo que ha adquirido la compañía a pie de parquíé. Según los datos recogidos en el informe de resultados de 2012, la cartera de renta fija de la aseguradora, que supone un 78,6% de sus inversiones, cuenta con una exposición a deuda española del 52,8% (9.348 millones). Esto supone 918 millones de euros más que los que acumulaba en el ejercicio anterior, despuíés de suprimir de sus carteras los más de 250 millones en deuda griega que tenía en 2011.
A pesar de las buenas perspectivas que albergan las últimas recomendaciones, algunos analistas siguen teniendo ciertos recelos hacia la compañía. Desde Renta 4 consideran que “la vinculación entre la rentabilidad de la deuda y el comportamiento del valor en bolsa es total. Lo que pasa es que esto no quiere decir que su futuro inmediato estíé totalmente despejado. Todavía hay varias incógnitas latentes en el mercado que pueden hacer que los diferenciales vuelvan a calentarse y entonces todas las especulaciones sobre Mapfre y su potencial serán una bonita historiaâ€.
“Mapfre es una de nuestras compañías favoritas por varios motivos: un negocio líder en Europa y Latinoamíérica, buenos ratios de rentabilidad y un ratio sobre fondos propios altoâ€, apunta Alberto Roldán, director de inversiones de Lloyds. A la vista de los niveles actuales, Roldán considera que la relación entre el precio y el valor contable (una medida para determinar si la acción está cara o barata) se encuentra en niveles muy atractivos.
Hasta la fecha, Mapfre ha sido una de las compañías que ha mantenido el pago del dividendo en efectivo, si bien en la última Junta de Accionistas, celebrada el pasado fin de semana, aprobó un cambio en los estatutos para permitir que esta pueda decidir si el dividendo se repartirá de forma total o parcial en acciones (script dividend). “Esta opción no debería restar atractivo a la acción, ya que es una tónica generalizada en el Ibex 35, añade Roldánâ€.
¿Mejor elegir entre bancos o aseguradoras?
En este aspecto es en el que no terminan de ponerse de acuerdo los expertos a la hora de elegir su caballo ganador entre el sector financiero y el asegurador. En opinión de Roldán, “los bancos están más ligados a los vaivenes de la prima de riesgo, algo que no pasa en las aseguradoras. La cartera de deuda pública de Mapfre es mucho más defensiva que en el caso de los bancos y no especula como lo hacen las entidadesâ€.
No es así para los expertos de IG, que consideran que el riesgo que presentan ambos sectores es similar, mientras que la rentabilidad que tienen los bancos es sensiblemente más atractiva que la de las aseguradoras. “Mapfre es un valor que tiene un innegable atractivo por sus últimas subidas, pero hay que tener en cuenta que en el último año ha atravesado hasta tres procesos correctivos que la exponen a una alta volatilidadâ€, señalan.
Dentro del sector, la aseguradora española es, con diferencia, el valor que acumula una mayor revalorización desde que Mario Draghi disipó los fantasmas que rodeaban a la moneda única. El resto de compañías dibujan recorrido con alzas de doble dígito, lideradas por AXA (58%), Generali (43%), Aegon (42%) o Aviva (20%), entre otras