Bruselas ha obligado a España a revisar sus criterios para contabilizar el díéficit, lo que ha elevado en 2.500 millones de euros la cifra del año pasado. En total, el desfase entre ingresos y gastos fue de 73.298 millones de euros, un importe equivalente al 6,98% del PIB, frente al 6,74% anunciado.