El ministro de Economía, Luis de Guindos, viaja hoy a la City con una misión: reunirse con los grandes inversores del distrito financiero londinense para venderles la conveniencia de que dejen un hueco en sus carteras para la deuda pública española. En un año en el que España aún debe conseguir más de 150.000 millones de euros en los mercados, contar con el apoyo de los inversores extranjeros resulta crucial para conseguir ese propósito, de ahí la visita del ministro.
Luis de Guindos realiza este viaje en un momento que se antoja clave para España. Con el políémico rescate de Chipre y la incertidumbre política en Italia caldeando de nuevo la crisis del euro, el ministro de Economía tratará de asegurarse el respaldo de los grandes inversores institucionales extranjeros para lo que queda de ejercicio. El reto no es menor. Aunque el Tesoro Público ha anticipado buena parte de su trabajo en el primer trimestre, en el que ha captado cerca de 74.000 millones de euros, por delante aún tiene la tarea pendiente de conseguir otros 156.000 millones para completar los 230.000 que se ha propuesto captar como máximo en 2013 mediante la colocación de letras, bonos y obligaciones.
Los inversores extranjeros están llamados a representar un papel protagonista en este desafío. Sobre todo, tras dos años, los de 2011 y 2012, en los que los bancos españoles han sido los grandes aliados del Tesoro. En el primero, las entidades españolas aumentaron su tenencia de deuda en 60.000 millones de euros, hasta los 201.837; y en el siguiente, en casi 22.200 millones, hasta los 224.025. Sin embargo, fuentes del mercado reconocen que los bancos nacionales no pueden seguir engordando su cartera de deuda española a ese ritmo. Y si las entidades reducen su apetito, su hueco sólo puede ser tapado por los inversores no residentes.
Cinco meses seguidos de incrementos
De hecho, ya está siendo así. Los últimos datos difundidos por el Banco de España y el Tesoro constatan que los extranjeros han incrementado su posesión de deuda española durante cinco meses consecutivos, los que van de septiembre de 2012 a enero de 2013. O lo que es lo mismo, desde que el Banco Central Europeo (BCE) presentó su nuevo programa de compras de bonos (OMT), que ha actuado de muro de contención en la crisis del euro y ha resultado determinante en el regreso de los inversores a la deuda pública perifíérica.
En esos cinco meses, la cartera de los inversores extranjeros ha crecido en 55.211 millones de euros, hasta los 229.663, por encima de los 193.770 millones de finales de 2011, pero aún ligeramente por debajo de los 230.914 de finales de 2010. El caso es que, del total de la deuda del Estado que había en circulación en enero de 2013, los no residentes acaparaban el 36,8%. Se convertían así en los principales clientes del Tesoro, por delante de los bancos españoles, que atesoraban el 35,9%. Estos datos muestran la relevancia que los no residentes tienen para los intereses de España, una importancia que explica el viaje de Luis de Guindos a Londres, una plaza clave en las finanzas mundiales, en un contexto en el que los recelos sobre los países perifíéricos están resurgiendo.
El viaje del ministro a la City se produce, además, en vísperas de la primera subasta de deuda que realizará el Tesoro Público en el segundo trimestre del año. Mañana emitirá títulos con vencimiento en 2016, 2018 y 2021, una operación con la que se ha propuesto captar entre 3.000 y 4.000 millones de euros.