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Después de 80 conciertos y una pausa imprevista tras un ingreso en la UCI, Madonna está preparada para despedirse de The Celebration Tour, la gira mundial con la que ha repasado sus 40 años de trayectoria y ha rendido homenaje a Nueva York, ciudad donde comenzó su carrera musical.

No obstante, no pondrá punto y final de cualquier manera, no. La Reina del Pop se enfrenta esta noche a uno de los conciertos más grandes de la historia en pleno corazón de Brasil. Y gratis. Algo que no ha sido fácil negociar ni sacar adelante, tal y como han contado a Billboard Pedro Smith y Luiz Oscar Niemeyer, dos de los responsables de esta hazaña.

Smith, el jefe de relaciones estratégicas de marca de Itaú, el banco más grande de América Latina, confesó que todo surgió tras el anuncio que grabaron con la artista (imagen de la sucursal) en París, en noviembre de 2023.

Una simple frase bastó para comenzar a trabajar en la producción de este macroconcierto: "Brasil, llegaré en breve". Así, ella expresaría un interés recíproco en hacer que el show sucediera si aceptaba. Bueno, ella grabó ese discurso, ¡pero todavía no teníamos una manera de usarlo!", relató al medio.

Fue entonces cuando entró en juego Niemeyer, pionero como promotor internacional de conciertos en el país. Entre sus hitos se halla, por ejemplo, el récord de asistencia en el Estadio de Maracaná para ver a Paul McCartney en 1993 o de la actuación de los Rolling Stones en la misma playa de Río de Janeiro.

"Yo ya había intentado traer a Madonna en 2006, sin éxito, y ya había estado hablando con Live Nation, responsable del Celebration Tour, pero Madonna tuvo ese problema de salud el año pasado, y la gira se pospuso", cuenta Luiz Oscar. Sin embargo, cuando la cantante volvió a los escenario, quien sufrió un bache de salud fue el propio Lonie, lo que le dejó fuera de combate. "Me derrumbé completamente", añadió entre risas.

Una vez recuperado, la alianza entre Luiz Oscar Niemeyer y Pedro Smith se intensificó. "Nos volvimos muy cercanos e intercambiamos mucha información, como un grupo de trabajo para hacer posible este show, porque Itaú tenía un contrato con Madonna y Bonus Track, con Live Nation". Recordó, incluso, tener reuniones a altas horas de la noche: "Era sábado, domingo, a veces a las 3 de la madrugada, y Luiz Oscar y yo estábamos en reuniones con equipos de fuera de Brasil".

La idea que se vendió al equipo de Madonna fue "un gran regalo para los fans brasileños". "Era una gran elección: sábado, a mitad de semana tenemos un festivo y más gente puede visitar la ciudad", destacó Niemeyer. Por supuesto, debían "ofrecer un show con el nivel de producción que presenta en todo el mundo, naturalmente adaptado para un espacio mucho más grande. Solo cuando tuvimos aprobado el redimensionamiento de esta estructura, los patrocinios, la transmisión televisiva y las cuestiones técnicas el cuerdo finalmente se cerró".

Este último show tendrá lugar en la playa de Copacabana, y servirá de broche de oro a un ciclo de conciertos que no ha estado exento de polémicas, invitados de lujo y la más pura esencia de la cantante. Por mencionar unas pocas controversias: la cantante recibió críticas por los juegos eróticos que compartió, en compañía de sus bailarines, con Ricky Martín en Miami o con Jon Kortajarena en Barcelona; y también fue denunciada por comenzar uno de sus conciertos —el de Nueva York del pasado mes de octubre— con un retraso de dos horas, debido al retraso y complicaciones del transporte que supuso la también tardía vuelta a casa para los asistentes.