El artista mallorquín Miquel Barceló cerró con el Gobierno socialista de Josíé Luis Rodríguez Zapatero un contrato millonario y libre de impuestos por su cúpula de la Sala de los Derechos Humanos de la sede de la ONU en Ginebra. Un acuerdo como el que firman las grandes estrellas de la Primera División por el que el Ministerio de Exteriores y la Fundación Onuart, creada ad hoc, le pagarían 8,7 millones y por el que asumirían tambiíén todos los impuestos aplicables al artista por dichos honorarios. En total, le ahorraron casi 3,7 millones de euros en “compensación de IRPFâ€. La letra pequeña incluía tambiíén otro millón de euros que la Fundación Onuart pagaría a la galería de Barceló en el momento de la inauguración de la cúpula.
De todos esos importes, el único que fue cancelado, en diciembre de 2011, justo antes de que el Gobierno socialista diese el relevo al equipo de Mariano Rajoy fue el relacionado con este último pago a la galería del artista. Así se recoge en el informe de fiscalización llevado a cabo por el Tribunal de Cuentas, que especifica que la exministra de Exteriores Trinidad Jimíénez y el propio artista llegaron a un acuerdo en esa fecha para anular ese último pago. Todo despuíés de que la magna obra de Barceló -1.400 metros cuadrados en los que se invirtieron 35.000 kilos de pintura- hubiera multiplicado sus costes iniciales en un 130%.
La historia de la cúpula de la Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de las Civilizaciones es uno de los últimos encargos previos al origen de la crisis cuya gestión roza el despilfarro y cuya píésima planificación económica terminaron por disparar el presupuesto final y la cobertura del Estado, que tuvo que asumir parte de los costes que, en un principio, iban a ser financiados por entidades privadas colaboradoras de Onuart. Exteriores acabó pagando el 56% de las expensas de una obra en la que, según se estableció en 2007, sólo le habría correspondido el 40%. En total, 11.504.900 euros sufragados directamente por las arcas del Ministerio, entre 2007 y 2011.
La cúpula de Barceló es el resultado de un acuerdo suscrito en febrero de 2007 entre España y las Naciones Unidas por el que nuestro país se comprometía a contribuir a la Oficina de la ONU en Ginebra con una obra de arte de un autor español y con la remodelación, renovación y modernización de la sala de conferencias en la que dicha obra quedaría incorporada. Para ello, en abril de ese mismo año, se constituyó la Fundación Onuart, fundada por el propio Ministerio de Exteriores, entonces dirigido por Miguel íngel Moratinos, que puso el 10% de la dotación fundacional, y varias entidades privadas (Catalunya Caixa, Repsol IPF, La Caixa y Telefónica, entre otras).
El 5 de julio de 2007, la Fundación Onuart suscribió el contrato con Barceló en las condiciones ya citadas y que incluía además los gastos, no cuantificados entonces, del material y de los honorarios de los colaboradores necesarios y los de alojamiento de estos y del artista en Ginebra. Por último, para realizar el interiorismo de la sala, se estableció que la Fundación abonaría 290.000 euros a un estudio de arquitectos, de la confianza del propio Barceló.
Según los datos que la Fundación ha facilitado al Tribunal de Cuentas, el importe total de honorarios devengados por Barceló ascendió a 8.771.929 euros, de los que 2.456.140 fueron abonados al artista en concepto de “compensación de IRPFâ€, por el efecto que los honorarios netos tendrían en sus declaraciones de IRPF, y otros 1.315.789 euros en concepto de retenciones de IRPF practicadas por la Fundación e ingresadas en la Agencia Tributaria.
De esos 8,7 millones, el Ministerio de Asuntos Exteriores desembolsó, en total, casi la mitad, el 47% de los honorarios: 4.182.770 euros. Asimismo, la parte correspondiente al Estado fue pagada a Barceló de la siguiente manera: 500.000 euros en 2009 (más otros 176.471 en concepto de retenciones); 1.600.877 en 2010 (más 282.615 euros en IRPF) y 1.622.807 en 2011.
Los trabajos de Barceló y su equipo dentro de la sala se extendieron de septiembre de 2007 a junio de 2008. El rey Juan Carlos, el expresidente Josíé Luis Rodríguez Zapatero y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, la inauguraron el 18 de noviembre de 2008. La última aportación a la obra del Gobierno español se produjo el 16 de noviembre de 2001, en el último día del Gobierno socialista en funciones, con una subvención de 2,6 millones de euros firmada por la entonces ministra Trinidad Jimíénez.
Según destaca el Tribunal de Cuentas en su informe del pasado mes de febrero, en el presupuesto de gasto de la Fundación Onuart para 2012 se incluye una nota según la cual queda pendiente el abono todavía de 1.155.830 euros en concepto de gastos derivados de la contratación de la obra artística.
