Por... Amilcar Morales Garcia
Cientos de trabajadores de la filial francesa de la firma estadounidense Goodyear cerraron hoy los accesos de la planta, ubicada en la comuna de Amiens-Nord, cuyo desmantelamiento fue confirmado y dejará a más de mil personas sin empleo.
Los obreros soldaron los portones de la instalación para impedir la entrada o salida de camiones y prendieron fuego a decenas de neumáticos en protesta contra la clausura de la fábrica, informó Franck Jurek, delegado de la Confederación General del Trabajo (CGT). Durante la jornada de manifestaciones está prevista una concentración en el poblado vecino de Boves, donde tendrá lugar la primera reunión de la dirección del consorcio estadounidense para informar detalles sobre el despido del personal.
La CGT llamó a impedir la realización de ese encuentro para demorar el proceso de cierre y dar tiempo a continuar las negociaciones con el gobierno destinadas a mantener funcionando la planta, principal fuente de empleo en esa localidad del norte del país.
En enero de 2013 la transnacional estadounidense informó que pondría fin a sus actividades en Francia debido a los problemas financieros, supuestamente derivados de la crisis económica en Europa.
Los asalariados insisten en que la fabricación de neumáticos para automóviles y vehículos agrícolas es una actividad rentable y propusieron crear una cooperativa en sociedad con el gobierno para salvar sus puestos y mantener la actividad.
Dicho proyecto, sin embargo, fue rechazado por el ejecutivo con el argumento de que no existían fondos para financiarlo debido a las medidas de austeridad presupuestaria decretadas a finales del año pasado.
Tampoco prosperaron las gestiones del ministro de la Reactivación Productiva, Arnaud Montebourg, ante la corporación norteamericana Titán para salvar la planta de Amiens.
La última oferta de Titán fue comprar las instalaciones con el requisito previo de despedir a todo el personal.
Goodyear se suma a otras empresas foráneas que cerraron sus operaciones en el país galo, como hicieron ArcelorMittal en los altos hornos de la siderúrgica de Florange y el grupo suizo Petroplús con la refinería de Petit-Couronne.