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Autor Tema: Todos hablan del bitcoin, pero ¿quíé los respalda?...  (Leído 233 veces)

OCIN

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Todos hablan del bitcoin, pero ¿quíé los respalda?...
« en: Diciembre 08, 2013, 07:59:57 pm »
Por…  New York Times News



 
¿Cómo puede el bitcoin ser algo más que una moda pasajera? Pareciera que no se puede abrir un periódico o leer un sitio web hoy dí­a sin enterarse de esta moneda virtual.
Todos hablan de ella. El multimillonario empresario Richard Branson ya la acepta como forma de pago en Virgin Galactic, que ofrece vuelos especiales comerciales. Baidu, el sitio web chino, la respaldó, y legisladores en Washington realizan audiencias sobre el tema.
 
Hasta Ben S. Bernanke, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, les dijo a los senadores en una carta que muchas monedas virtuales son promesas a largo plazo, en particular, si las innovaciones promueven un sistema de pagos más rápido, más seguro y más eficiente.
Hace un año, un bitcoin valí­a un par de dólares. Hoy, se vende en 800 dólares, dependiendo del dí­a. Y el valor puede oscilar 100 dólares al dí­a, si no es que más.
 
Si todo da la idea de una moda, ello se debe a que así­ es. Peter Leeds de la gaceta Penny Stock me lo explicó así­: “En cuestión de meses, ya no sabrás de esto. Seguirá la ruta de Paris Hilton: la gente avanzará a la siguiente cosa”.
Eso no quiere decir que no haya fervientes creyentes. El íéxito temprano del bitcoin fue resultado, en parte, de un tipo de inversionista enojado y libertario que buscaba una alternativa al dólar, algo equiparable a la versión digital del oro.
 
Los bitcoin, en el corto plazo e incluso en el largo, podrí­an resultar una buena inversión de la misma forma en la que se puede considerar valioso a todo lo raro, como las tarjetas de beisbol o un Picasso. Eso se debe a que sólo hay unos cuantos.
Sin embargo, el bitcoin aspira a ser mucho más que algo coleccionable; aspira a ser la moneda electrónica universal. A ese respecto, no es probable que lo logre.
 

¿Por quíé?
 
Empecemos por su valor o más precisamente con la volatilidad de su valor. ¿Quíé comerciante en sus cabales va a aceptar una moneda que parece cambiar de valor en oscilaciones erráticas cada tercer dí­a?
Y tambiíén está el problema de quíé tan limitado es realmente el suministro. Computadoras que corren un algoritmo “extraen” digitalmente los bitcoins. (Si acaba de poner los ojos en blanco, no es el único.) El algoritmo limita a 21 millones de unidades la cantidad total de bitcoins que se puedan extraer.
 
Sin embargo, no hay ningún Bernanke (ni Janet Yellen) de las bitcoins. Nadie sabe quiíén las creó ni nadie las controla. Se supone que eso es un beneficio, pero tambiíén es la razón por la que, con frecuencia, se la asocia con ventas ilí­citas. Se puede transferir en forma anónima y sin que los bancos cobren tarifas por la transferencia. Sin embargo, si, y se trata de un gran si, su transacción de par a par no funciona adecuadamente, no hay ninguna cámara de compensación donde quejarse.
Queda abierta la interrogante de si el gobierno estadounidense buscará finalmente regular el bitcóin. Parece difí­cil creer que las autoridades permitan el crecimiento de un mercado tan poco regulado en el que mamás y papás, viudas y huíérfanos, y otras personas puedan estar sujetas a todo tipo de fraudes.
 
Finalmente, está la cuestión de lo que pasa si tambiíén surgen otras monedas digitales alternas. Son más de una docena las que tratan de competir con bitcoin. ¿Se pueden imaginar a un mundo en el cual todos hagan transacciones diarias con diferentes reglas en docenas de distintas monedas? Yo tampoco.
“Toda gran idea empieza sonando a locura. Pero no toda idea que suena loca termina siendo grande”, escribió Matthew O’Brien en The Atlantic en un brillante apunte sobre el bitcoin.
 
Realmente, lo mejor que puede esperar la bitcoin es ser una versión de segunda del oro, si acaso. Y Warren Buffet describió alguna vez al oro así­: “Al oro lo sacan de la tierra en ífrica, o cualquier lugar. Luego lo funden, cavan otro agujero, lo vuelven a enterrar y le pagan a la gente para que lo cuide. No tiene utilidad. Nadie que observara desde Marte entenderí­a quíé pasa”.
Eso se parece mucho a cómo podrí­a pensar un marciano sobre el bitcoin.

Suerte en sus inversiones...


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 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...