Cinco años llevaba la Unión Europea esperándole y el día que Barack Obama llega a Bruselas aprovecha para leerle la cartilla a las instituciones europeas.
El presidente de EE UU reprochó hoy a sus anfitriones la falta de compromisos en materia de política energíética o de defensa. Y en su primera visita oficial a la capital europea, advirtió que, cuando llega una crisis como la de Ucrania, Washington puede echar una mano, pero no resolver todos los problemas.
Obama edulcoró sus críticas con una tímida oferta de facilitar las exportaciones de gas, pero solo una vez que se firme el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP, en sus siglas en inglíés).
Hasta entonces, Europa deberá comprar el gas estadounidense en igualdad de condiciones que el resto de zonas del planeta, es decir, en un mercado internacional en el que EE UU, recordó Obama, ya comercializa el equivalente al consumo diario de gas en Europa. Y, mientras tanto, añadió el presidente estadounidense, “sería útil que Europa mirase a sus propios activos energíéticos y no solo a lo que puede ofrecer EE UUâ€.
Barroso replicó que “la UE ha hecho progresosâ€. Y señaló, por ejemplo, los corredores meridionales que, “por primera vez, permitirán traer a Europa del Este gas que no viene de Rusia, sino de Azerbayánâ€. Aun así, el presidente de la CE señaló que la contribución de EE UU podría ser importante para mejorar la independencia energíética de la UE.
Aclárense
Obama reconoció que su país tiene la suerte de disponer de recursos energíéticos propios. Pero subrayó que su posición más cómoda tambiíén se debe “a que hemos tomado opciones políticasâ€, en una clara alusión a fuentes como el gas pizarra (extraído mediante fragmentación hidráulica) o la energía nuclear. E invitó a Europa a tomar decisiones a sabiendas “de que todas las fuentes de energía tienen algún inconvenienteâ€.
Las regasificadoras en España, vía intermedia
La UE y EE UU explorarán a partir de la semana que viene fórmulas “para estrechar la cooperación energíéticaâ€, según indicó ayer el presidente de la Comisión Europea, Josíé Manuel Durao Barroso, tras la cumbre bilateral con Barack Obama en Bruselas. Esa cooperación podría convertir a EE UU en un proveedor de gas para Europa si las dos partes llegan a firmar el Tratado Transatlántico de Liberalización comercial y de Inversión. España no oculta su intención de aprovechar esa oportunidad para convertirse en una plataforma de regasificación del gas estadounidense y reexportarlo al resto de Europa. Para ello, se necesita mejorar las interconexiones pirenaicas, un proyecto que, en la última cumbre europea, el presidente Mariano Rajoy logró que se reconociese como prioritario