Los intercambios comerciales en el mundo crecieron tan solo un 2,1% el pasado ejercicio, según los datos presentados el lunes en Ginebra por la OMC. Menos de la mitad del promedio del 5,3% registrado en los últimos veinte años. Lejos de ese estancamiento solo han quedado algunos países, entre los que destaca el caso español. Ni los duros planes de consolidación fiscal que afectan a algunos de sus principales socios comerciales en Europa, como Portugal o Italia, ni el deterioro sufrido por su principal comprador (Francia) ni la apreciación del euro frente al resto de divisas (que encarece las ventas a otras regiones del mundo) han sido suficientes para frenar el impulso del sector exterior.
Las exportaciones de España rozaron los 230.000 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 7,4%, más del triple de la media mundial y el segundo mayor entre las grandes naciones exportadoras, superando incluso al mayor vendedor del mundo (China), cuyas exportaciones subieron un 6,2%. De este modo, la cuota exportadora (que mide la participación en el conjunto de los intercambios mundiales) se situó en el 1,74% del total, regresando a los niveles alcanzados en 2009 y superando a India y Taiwan en la clasificación mundial.
Por delante de España tan solo ha quedado Reino Unido, con un incremento de las ventas al exterior del 11,9%, en gran medida propiciado por la depreciación de la libra esterlina frente al resto de divisas. En 2013, el euro se apreció un 4,9% y el dólar un 1,3% frente a la libra esterlina, lo que le ha proporcionado una fuerte ganancia de competitividad al abaratar el precio de sus exportaciones, en especial a la zona euro. Todo lo contrario que en el caso de España, en el que el encarecimiento del euro ha sido determinante para obligar a las empresas a lograr ganancias de competitividad adicionales para seguir vendiendo más fuera de la zona euro y en especial en los países emergentes, de donde va a proceder la gran mayoría del crecimiento del comercio mundial, pese a la fase de estancamiento que viven en la actualidad. Las previsiones de la OMC auguran que los intercambios comerciales en los países en vías de desarrollo crecerán a tasas cercanas al 6%, mientras que en los desarrollados el avance se limitará al 3%.
Desde la Secretaría de Estado de Comercio subrayan que la herramienta más utilizada para ganar competitividad ha sido la reforma laboral. “Se hace mucho íénfasis en los costes laborales, pero es importante prestar atención a los datos, que dicen que el mayor elemento de ganancia de competitividad de la economía española es la ganancia de productividad, que es un factor distinto y completamente ajeno al salarial. Si la productividad mejora, la competitividad mejora, independientemente de si los salarios suben, bajan o se mantienenâ€, resaltó el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, en una reciente comparecencia en el Congreso. Pese a ello reconoció que se han producido ajustes salariales, “nunca impuestos por el Gobierno, sino negociados entre empresarios y sindicatosâ€.
Una agenda centrada fuera de la zona euro
El 66% de las exportaciones españolas van dirigidas a países de la zona euro. Un porcentaje que fue disminuyendo desde que se inició la crisis en 2008, pero que sin embargo ha vuelto a repuntar en los dos últimos ejercicios ante la mejoría experimentada por la Unión Europea.
Consciente de la debilidad de los grandes socios comerciales de Europa, el Ejecutivo ha confeccionado una agenda muy centrada en Amíérica, ífrica y Asia como principales objetivos para seguir creciendo.
Buena prueba de ello es la intensa agenda del secretario de Estado de Comercio. La pasada semana estuvo en Chile, donde inauguró un foro bilateral de inversiones y cooperación empresarial, y Uruguay, donde asistió, entre otros actos, a la inauguración de un parque eólico y se entrevistó con el ministro de Transportes. Esta semana acompaña al Rey y a un nutrido síéquito empresarial en los Emiratos írabes Unidos y Kuwait.
Otro dato que revela el interíés español por abrir los emergentes a las empresas es el calendario de actividades organizado por el ICEX, que está muy centrado en tres destinos del sureste asiático: Indonesia, Malasia y Singapur.
De las 245 actividades planificadas para este ejercicio, 47 están centradas en Asia y la mayoría están en estos tres países. Dos de ellos (Indonesia y Singapur) han sido considerados prioritarios y cuentan con asignación presupuestaria para un Plan Integral de Desarrollo de Mercado (PIDM). Se trata de un programa específico (diecisíéis naciones cuentan con ellos) para tratar de fomentar las relaciones económicas y comerciales de España con varios países considerados prioritarios por su crecimiento potencial.
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Los intercambios mundiales, en cifras
China: sigue siendo el país más exportador del mundo y su cuota exportadora creció un 6% hasta el 11,9%. Ya muy lejos se sitúa en segundo lugar EEUU, con un 8,51% del total (apenas una centíésima más que en 2012) y en tercero Alemania, con un 7,83%, una díécima más.
Reino Unido: es el mayor beneficiado entre los grandes exportadores del mundo. En 2013 cerró con una cuota del 2,91% del total, lo que le permitió superar a Rusia e Italia y situarse en la octava posición de la clasificación. A su favor ha jugado la depreciación de la libra esterlina, lo que le ha servido para abaratar sus ventas frente a las de sus competidores.
Japón: desde que en marzo de 2011 se produjo el tsunami y la fuga radioactiva de la central nuclear de Fukushima, el cuarto mayor exportador del mundo no ha levantado cabeza. Ha ido perdiendo peso y a finales de 2013 supuso el 3,85% del total, solo tres díécimas más que Holanda, cuando la brecha en 2012 era de ocho díécimas.
Arabia Saudí: la irrupción de esta nación entre las veinte mayores exportadoras del mundo obedece a su condición de mayor productor de crudo y el segundo con mayores reservas. Unas condiciones que le han permitido subir posiciones en paralelo al encarecimiento del petróleo. Todo lo contrario que lo sucedido en el último ejercicio, en el que el barril de Brent, de referencia en Europa, cerró con una cotización media de 108 dólares, tres menos que en 2012. El pasado ejercicio cerró con una cuota del 2,02% frente al 2,13% del año anterior y cedió un puesto en favor de Míéxico.