Las medidas más eficaces para impulsar la creación de empleo en España serían la reducción de las cotizaciones sociales, en el corto plazo, y el aumento de la formación de los trabajadores menos cualificados, en el largo plazo.
Sólo con su aplicación el empleo podría aumentar en un 1% adicional durante el primer año, un 1,9% en el segundo, un 4% en el quinto año y hasta un 19,8%, es decir, más de 330.000 puestos de trabajo netos, a largo plazo.
Es una de las principales conclusiones del informe sobre El Impacto de las Reformas Estructurales en el PIB y el Empleo en el sur de Europa, elaborado por la Comisión Europea, que analiza los efectos de las reformas pendientes en España, Italia, Grecia y Portugal.
Y en el caso español, el Ejecutivo comunitario afirma tambiíén que la aplicación del conjunto de reformas estructurales en el ámbito de mercado de bienes, de la fiscalidad sobre el empleo y de la inversión en capital humano "permitiría elevar la renta per cápita española en comparación con los países más ricos". En concreto, nuestra renta per cápita pasaría de representar un 73% de la media de los tres países mejores de la zona euro (Luxemburgo, Austria y Países Bajos) a un 99% de su media, en el largo plazo.
Dichas reformas, añade, "tendrían un impacto inmediato sobre el PIB, aumentándose en un 0,9% adicional en el siguiente año de aplicación. Al quinto año, el PIB se desviaría al alza en un 4,1% respecto de un escenario sin cambios, en el díécimo sería un 8,7% superior y en el largo plazo se elevaría hasta en un 36% por encima".
Aumentar la competencia
El informe de Bruselas estima que existe un "gran potencial para el crecimiento y el empleo derivado de un aumento de la competencia en el mercado de bienes". En este sentido, señala que una reducción de los márgenes comerciales de los bienes finales hasta el nivel de los tres países mejores (Irlanda, Alemania e Italia) podría elevar el PIB de España significativamente en el medio y en el largo plazo, gracias al incremento que provoca en la demanda de todos los factores de producción.
Así, a los cinco años de implementar reformas para aumentar la competencia, el PIB español se elevaría, respecto de un escenario sin cambios un 2,8% adicional al incremento previsto, mientras que, a largo plazo, sería de un 16,4%.
Admite la CE que estas medidas tendrían un impacto negativo sobre el empleo el primer año, aunque posteriormente propiciaría un incremento, que sería de un 0,2% en el segundo año, de un 1,9% el quinto y de un 3,1% a los 10 años.
Por otra parte, la CE opina que el crecimiento de la economía está muy ligado a la regulación del mercado y señala las evidencias de que las barreras de entrada tienen efectos negativos sobre la inversión y que la reducción de los costes de acceso al mercado mejora el nivel de innovación y estimulan el crecimiento.
Por tanto, indica que una disminución de los costes de iniciar un negocio en España, hasta situarlo en la media de los tres países de la zona euro con costes más bajos (Eslovenia, Irlanda y Francia) fomentaría la creación de nuevas empresas impulsando ligeramente el PIB y el empleo. En concreto, y en el largo plazo, el PIB podría aumentar un 0,7% y el empleo en un 0,2%.
De acuerdo con la Comisión Europea, España es el país con un tipo implícito sobre el consumo más bajo de la Eurozona, por lo que "presenta un margen considerable para trasvasar parte de la carga impositiva del empleo hacia el consumo", en línea con la tesis defendida por el presidente de las Cámaras de Comercio de España el pasado lunes en el encuentro Diálogos de Internacionalización.
De esta manera, según añade la CE, "se propiciarían unas rentas del trabajo más atractivas que favorecerían el empleo, particularmente en los tramos de salarios más bajos"
Los efectos de elevar la imposición sobre el consumo hasta el nivel medio de los tres países que más lo gravan (Luxemburgo, Finlandia y Países Bajos) para reducir las cotizaciones sociales posibilitarían que desde el siguiente año a su introducción, el PIB y el empleo crecieran un 1% por encima del escenario base, llegando a un 3,6% el PIB y un 3,7% el empleo en el largo plazo.
La formación, clave
El informe de Bruselas aborda el capital humano como factor clave en la formación de crecimiento económico y considera que las reformas educativas ofrecen un potencial enorme para los países del sur de la UE.
En este punto los cálculos de la Comisión Europea muestran que el impacto de elevar las competencias de los trabajadores menos cualificados, reduciendo el porcentaje de íéstos a la media de los tres mejores países (Eslovaquia, Estonia y Alemania), permitiría a España aumentar su PIB, un 0,2% en los primeros años, un 0,5% en el díécimo y hasta un 14,9% en el largo plazo. Tambiíén la tasa de empleo se incrementaría hasta un 10,1% en el largo plazo.
La CE señala asimismo los posibles beneficios del aumento de la población con alta cualificación profesional y apunta que España se sitúa como el tercer mejor país, por lo que la aproximación a la media de los tres mejores tendría un impacto muy limitado en la evolución del PIB y del empleo.