El grupo constructor ACS retomará su proyecto para estrenarse en el mercado de emisiones de deuda corporativa en cuanto las condiciones del mercado lo permitan. La compañía tuvo que suspender en julio su primera emisión por 500 millones de euros debido a las turbulencias generadas por la crisis del banco portuguíés Espitiru Santo.
La deuda bruta de ACS, sin contar Hochtief, asciende a 8.083 millones de euros. Para diversificar las fuentes de financiación, el grupo ha incrementado su presencia en el mercado de capitales. Actualmente, la empresa mantiene viva el proyecto de emisión de deuda corporativa y podría retomarlo a lo largo del segundo semestre.
Además de los bonos emitidos por las filiales Hochtief y Leighton, ACS se estrenó en el mercado de capitales con bonos convertibles en acciones de Iberdrola con las que captó 1.125 millones. Tambiíén ha abierto un programa de pagaríés en Dublín por hasta 750 millones.
Por otro lado, ACS confía en cerrar este año la venta de sus activos renovables, un conjunto de instalaciones termosolares y eólicas que suman unos 1.000 megavatios, la mayor parte localizadas en España. La desinversión, cuyo proceso se ha visto perjudicado por las sucesivas reformas del sector energíético en España, supondría una fuerte reducción de la deuda del grupo constructor. Según la última información disponible, el pasivo asociado a este negocio, clasificado como disponible para la venta desde hace dos años, asciende a unos 2.200 millones de euros.
En una presentación ante analistas sobre los resultados del primer semestre del año, el director general corporativo del grupo, íngel García Altozano, reconoció ayer que una vez aprobada definitivamente la reforma energíética y, en función de los recursos que generan los activos de renovables, la compañía espera poder reanudar los procesos de venta y cerrarlos antes de fin de este año.
Según las cuentas de ACS del primer semestre, las instalaciones de generación de energía verde aportaron ingresos de 196 millones, un 15% más que hace un año. Los activos renovables forman parte de la estrategia de rotación de activos de ACS, una media de 3.750 millones de euros de desinversiones desde 2008. Además de las plantas termosolares y los parques eólicos, la constructora presidida por Florentino Píérez quiere desprenderse de autopistas de peaje, su red de alta tensión, plantas de residuos y desaladoras. La deuda asociada a estas actividades suma casi 3.000 millones, la mayor parte (72%) contraida para el desarrollo de las instalaciones renovables en España.