El sindicato participado por Santander, BBVA, Credit Agricole y CaixaBank, entre otros, se resiste a recortar gastos financieros. Los 12 socios del consorcio barajan cambiar de entidades.
Los bancos que apoyaron al consorcio español encargado de la construcción y posterior explotación del tren de alta velocidad entre Medina y La Meca (Arabia Saudí) se resisten a refinanciar los avales por valor de 665 millones que prestaron a las doce empresas españolas en mayo de 2012, equivalente al 10% del presupuesto del contrato, que se eleva a 6.700 millones.
El consorcio Al Shoula lleva meses trabajando en un nuevo esquema en el que buscan, sobre todo, abaratar los gastos financieros. La anterior línea de apoyo se firmó cuando la economía española estaba al borde del rescate y la prima de riesgo se situaba en el entorno de los 600 puntos básicos, por lo que tuvieron que aceptar unas condiciones muy desfavorables.
Según fuentes próximas a aquella operación, tras la firma, los gastos financieros pasaron a representar cerca del 4% del coste presupuestado, cuando el plan inicial los reducía a menos del 2%.
Los bancos que participaron en la operación hace tres años fueron BBVA, Banesto (ahora Santander), Sabadell, Críédit Agricole, CaixaBank y Deutsche Bank. La línea contó adicionalmente con el apoyo de Cesce y el ICO.
Entre las compañías españolas (Adif, Cobra, Consultrans, Copasa, Siemens, Imathia, Inabensa, Ineco, Indra, OHL, Renfe y Talgo), no ha sentado nada bien la posición de las entidades, sobre todo, al tratarse de un proyecto único que es referencia de la marca España.
Búsqueda de bancos
Además, las condiciones crediticias en España han mejorado sensiblemente hasta el punto de que el Tesoro español se está financiando casi gratis en las últimas subastas de deuda.
Los avales del llamado proyecto Haramain High Speed Railway, un corredor de 450 kilómetros, están divididos en varios capítulos que cubren los anticipos entregados por el cliente (SRO) para el inicio de las obras y la fabricación de trenes por parte de Talgo (unos 332 millones de euros) y el fiel cumplimiento del acuerdo (otros 332 millones en caso de resolución anticipada del contrato imputable al consorcio). Según las fuentes consultadas, hay bancos que ya han abandonado alguna de esas líneas de apoyo.
Ante esta situación, el consorcio se ha planteado pedir ofertas a otras entidades financieras. Algunos integrantes de la alianza española-saudí creen que la banca está empleando las recientes amenazas lanzadas por las autoridades del Gobierno saudí para negarse a cambiar los tíérminos de la financiación. En concreto, se apoyan en las críticas vertidas por el ministro de Transportes saudí, Abdullah bin Abdulrahman Al-Muqbel, al mando de la cartera desde el 8 de diciembre.
El responsable árabe amenazó con medidas drásticas, como la rescisión del contrato y acciones judiciales, si no se aceleran las obras. Una de las consecuencias automáticas de la rescisión es la ejecución de los avales. Las críticas movilizaron al consorcio español y al Ministerio de Fomento. Varias compañías firmaron una carta de compromiso de aceleración de obras y de disposición de más medios. Además, se nombró consejero delegado de la UTE española a Santiago Ruiz, procedente de FCC.
Sobre los supuestos retrasos, los contratistas españoles siguen culpando a la Fase 1 del proyecto, que consiste en la construcción de la plataforma del tren por parte de un consorcio chino-saudí. «La primera zona que nos entregaron, el área cuatro, se recibió con más de un año de retraso. En las otras cinco áreas, los retrasos son incluso mayores».
Fuentes próximas al proyecto aseguran que el ministro saudí está siendo igual de duro con el consorcio español que con el chino, hasta el punto de que ha forzado la entrada de una nueva constructora local en la primera fase del proyecto. Actualmente, la parte española trabaja sobre una zona de 200 kilómetros que corresponde al área 4, 5 y parte de la 3. «Hay que estar preparados para que, si el consorcio chino-saudí acelera sus entregas, estemos listos», explican desde el consorcio.
C.Morán
