Florentino Píérez, a travíés de la sociedad Inversiones Vesan, se ha convertido en el primer accionista de ACS, despuíés de que Corporación Financiera Alba, el brazo inversor de la familia March, se haya desprendido, desde el inicio del año, en un goteo continuo de operaciones de venta, de 5,4 millones de acciones de la constructora, equivalentes al 1,73% del capital.
De esta forma, los banqueros mallorquines han rebajado su participación del 13,88% con que cerraron 2014 al 12,15% actual, situándola por debajo del 12,52% que mantiene el presidente de la compañía.
El pasado 31 de diciembre, Alba comunicó a la CNMV que había liquidado el contrato (swap) suscrito con ACS el 24 de junio, y novado el 11 de noviembre, para la venta de acciones del grupo de construcción y servicios representativas del 3,70% del capital.
Como consecuencia de aquella decisión, los March recuperaron 8,1 millones de acciones, representativas del 2,58%. Elevaron así su participación del 11,3%al 13,88%. Con ello, desbancaban como primer accionista al tambiíén presidente del Real Madrid. Esta condición le había llegado precisamente cuando Alba acordó vender el 3,7% seis meses antes, por lo que en realidad estaba supeditada a que se materializase la operación, algo que no ocurrió completamente.
Los March pagaron 235,8 millones, a razón de 29,02 euros por acción, para liquidar aquel contrato, con lo que obtuvieron una plusvalía de 54,4 millones. Unas jugosas ganancias que han repetido en los primeros meses de 2015. Por los 5,1 millones de acciones que han vendido -hasta el 16 de abril- han ingresado unos 173 millones, con unos precios que han oscilado entre los 30 y los 33,85 euros. Las plusvalías acumuladas por estas ventas alcanza unos 85 millones de euros.
Las 'stock options'
La jugada de Corporación Financiera Alba ha sido, por tanto, redonda. La liquidación del contrato ejecutada se interpretó desde algunos círculos como un gesto de respaldo a Florentino Píérez, despuíés de haber reducido progresivamente su participación en los últimos años, tras un distanciamiento con el empresario madrileño por la fallida apuesta del grupo por Iberdrola. No en vano, los March acaparaban hace cuatro años el 23,3% del capital de ACS, porcentaje que hoy se reduce a prácticamente la mitad.
Sin embargo, la operación se ha demostrado como una maniobra para engordar aún más las plusvalías, como así ha sido, ante las positivas expectativas que se vaticinaban para la constructora en el nuevo año.
No en vano, desde que recuperó las acciones sólo pasaron 15 días hasta la primera venta. La huida de los March se ha producido en los últimos tiempos en paralelo a la de otro de los inversores históricos de ACS, Alcor, de los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer. Del 13,8% que controlaban en 2012, ya tienen menos del 7%.
Sus desinversiones, junto con la retirada total de Southeastern, que tuvo el 6,4% de las acciones, han provocado un vuelco en el accionarado de la constructora. Así, el 61% que poseían los accionistas principales hace cuatro años, se limita hoy al 37,2%.
Las ventas de los March se han producido, además, cuando está en juego el plan de opciones sobre acciones que aprobó ACS en 2010, por el que repartiría 211 millones entre 57 directivos. A pesar de haber incrementado la autocartera en el último año, la cotización de ACS actual (31,81 euros) hace prácticamente inviable que puedan ejecutar el plan, al estar muy alejada del precio de ejercicio de las opciones sobre acciones (34,15 euros), cuyo vencimiento definitivo está fijado para el 30 de abril.
Javier Mesones