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Autor Tema: Las 25 reglas de la desinformación (manual para ocultar la verdad)  (Leído 541 veces)

Scientia

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Las 25 reglas de la desinformación (manual para ocultar la verdad)

En la medida en que Internet y demás medios de comunicación aumentan el acceso a la información, las tíécnicas de manipulación de la opinión pública y el ocultamiento de la verdad se van modificando. Vivimos en la era de la desinformación y el consumismo, donde las prácticas maquiavíélicas operan más a travíés de la inundación, la saturación y la tergiversación que del mero encubrimiento de información.

A continuación les presentamos una traducción de las 25 Reglas de Desinformación escritas por H. Michael Sweeney. Estas reglas pueden usarse tanto para manipular a los demás como para descubrir la manipulación de la que somos objeto. Como todas las cosas, este manual está vací­o, es decir, no es bueno ni malo, es solamente potencia y puede ser lo que quieras.

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Actualmente en Internet existen varias tíécnicas como crear perfiles falsos en redes sociales, inventar expertos en temas cientí­ficos, generar sitios de conspiración (y autogenerar teorí­as de la conspiración), sembrar comentarios en los sitios de noticias o sembrar rumores en las redes sociales para que se viralicen de manera supuestamente orgánica. Si bien estas 25 reglas de desinformación se encuentran redactadas como un manual a seguir para un siniestro polí­tico, se pueden aplicar para el establecimiento de una agenda polí­tica o para influir en la opinión pública según una estrategia velada.

1. No obstante lo que sepas, no lo discutas.
Especialmente si eres una figura pública o un conductor de noticias, etc. Si no se publica, no sucedió, y así­ no tienes que lidiar con los posibles problemas (esto es: en nuestra era sólo lo que sucede en los medios es real, lo demás es como una manzana que cae en un bosque vací­o).


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2. Conviíértete en incríédulo e indignado.
Evita discutir temas importantes y enfócate en temas perifíéricos que pueden ser usados para criticar a otro grupo considerado como “sagrado” por algún sector de la población.

3. Evita discutir temas inconvenientes describiendo toda acusación.
Independientemente de dónde venga, como meros rumores y especulaciones. Si puedes asociar las acusaciones con rumores de “Internet” y dí­ que se trata sólo de “teorí­as de la conspiración”.

4. Utiliza la tíécnica de “la falacia del espantapájaros”.
Encuentra un argumento en tu oponente que puedas fácilmente rebatir para quedar bien a su costa. Inventa un tema que en consideración de tu oponente pueda ser argumentado en su contra (sin poder probarse) o explota las debilidades de tu oponente llevando la discusión a sus puntos más endebles. Amplifica su importancia de tal forma que las acusaciones que se te hacen parezcan refutarse y los temas de fondo no lleguen a discutirse.

5. Distrae a tus oponentes etiquetándolos y ridiculizándolos con tí­tulos como:
“conservadores”, “radicales”, “terroristas”, “conspiranoicos”, “racistas”, “fanáticos”, “liberales” “pervertidos sexuales”, “ateos”, “fundamentalistas”, “homofóbicos”, etc.

6. Pega y corre.
En cualquier foro público haz un ataque a tu oponente (puede ser una persona o un tema) o a su posición en cierto asunto de forma que puedas retirarte sin que el oponente pueda contestar la acusación. Esto puede hacerse en programas de televisión antes de un corte o en Internet ignorando los comentarios (o editando) de los usuarios y de tu oponente.

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7. Cuestiona motivos.
Tergiversa o amplifica todo hecho que pueda sugerir que tu oponente opera bajo una agenda personal oculta.

8. Invoca autoridad.
Conserva tu autoridad o allíégate algún tipo de autoridad o experto para presentar tu argumento con suficientes tecnicismos y jerga minuciosa para ilustrar que eres “alguien que sabe”. (Esto es lo que en Míéxico se conoce como “un choro mareador”).

9. En casos extremos:
hazte el tonto. No obstante la evidencia o la lógica de un argumento, evita discutir ciertos temas deslegitimándolos, invalidando toda discusión.

10. Asocia a tus oponentes con noticias viejas o acusaciones pasadas.
Esto es especialmente útil antes de una discusión o un evento en el que podrí­as ser cuestionado. Haz que tu equipo prepare una acusación y fí­ltrala a los medios poco antes.

11. Haz falsas confesiones.
Confiesa un mal menor de manera candorosa para ganarte la simpatí­a de los demás como alguien que se responsabiliza de sus actos. Esto sirve como un distractor de los verdaderos temas que quieres evitar. (Un ejemplo de esto a gran escala podrí­a ser WikiLeaks, donde es posible que el mismo sistema corrupto que WikiLeaks expone haga una especie de confesión de sus “pecados menores” haciendo creer a las personas que lo que se filtra son todos sus pecados o conductas corruptas y no hay nada más grave, descalificando, por ejemplo, los ataques del 9/11).

12. Los enigmas no tienen soluciones.
Llena de giros, contradicciones y detalles complejos una situación para que parezca demasiado difí­cil de resolver. Esto hará que la verdad se pierda entre el arsenal de desinformación o que el público pierda interíés.

13. Utiliza regresiones y digresiones.
Así­ evitarás  llegar al punto de un tema que te es inconveniente. O lo que es lo mismo, marear la perdiz.

14. Exige soluciones completas.
Evita los asuntos controvertidos, requiriendo que tus oponentes solucione el   asunto en cuestión. Argumenta que antes de solucionarse este asunto (el cual es demasiado complejo) todo lo que se discuta, son suposiciones.

15. Llega a conclusiones alternas moldeando los hechos.
Esto requiere cierta creatividad y es básicamente una forma de alterar las piezas de un rompecabezas para que formen la figura que necesitas.

16. Desaparece la evidencia o los testigos.
Esta es una de las tíécnicas más usadas por las íélites más poderosas: cuando detectan que alguien está por hablar o cobrar importancia (y tiene un discurso inconveniente) simplemente, “lo hacen desaparecer” (por ejemplo, en el caso de John F. Kennedy).

17. Utiliza a colegas.
Con los cuales puedas ayudarte a cambiar el tema (estos sujetos pueden o no saber que son parte de esta estratagema). Esta es una variación de la tí­pica tíécnica del chivo expiatorio, sólo que prefabricada. Lo que actualmente vienen siendo trolls o debunkers.

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18. Emocionaliza y antagoniza.
Si ves que vas a ser atacado, lleva la discusión a temas emocionales o antagónicos que cautiven la atención de los demás. De igual forma, toca puntos sensibles en tus oponentes que puedan generar respuestas emocionales que los haga perder el control. Esto tambiíén puede ser usado para distraer argumentando que tus oponentes son “demasiado sensibles a la crí­tica”.

19. Pide pruebas imposibles.
Lleva la discusión hacia el requerimiento de pruebas como exigencia para seguir discutiendo un tema y pide pruebas que son demasiado difí­ciles de obtener pero que tienen una cuota de relevancia sobre el tema que se discute.

20. Evidencia falsa.
Introduce nueva información o pistas diseñadas para entrar en conflicto con lo que presenta tu oponente. Esto es útil para neutralizar temas sensibles e impedir su resolución.

21. Llama a una investigación legal o de algún cuerpo de poder que pueda investigar los hechos.
Seguramente al ser parte del sistema podrás influenciar lo que se dice en el caso y lo que se filtra a los medios, así­ como obtener una resolución beníéfica. Esto te dará mayor legitimidad. Puede usarse tambiíén como un movimiento ofensivo al llevar a alguien inocente a un proceso judicial (este persona puede ser un enemigo o simplemente alguien mediático que acapare la atención del público).

22. Elabora una nueva verdad.
Crea tu propio panel de expertos, autores, lí­deres etc., o capta a los existentes para forjar a travíés de una investigación cientí­fica o acadíémica una nueva versión de los hechos o un tema que pueda distraer a la opinión pública. Esto te permitirá, si es que llegas al punto de tener que discutir el tema que quieres evitar, conseguir autoridad.

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23. Crea eventos de distracción masiva.
Similar a los anteriores —sólo que explí­citamente—, crear historias en las noticias que acaparen la atención pública como una novela de suspenso es una de las tácticas de desinformación más usadas (por ejemplo: Virus del Zika, í‰bola, etc.).

24. Silencia a tus crí­ticos.
Utiliza tu poder para sobornar o chantajear a las personas que tienen información negativa sobre ti o que se interponen en tu camino. (Esto es tambiíén una práctica común de las empresas en el caso de la competencia para bloquear innovación cientí­fica que va en contra de sus intereses económicos).

25. Desaparece.
En caso de que las cosas se pongan demasiado calientes en la cocina, simplemente date a la fuga. Tus conexiones te mantendrán escudado y podrás vivir en un paraí­so fiscal, gastándote el dinero del pueblo tranquilamente. Y, ¿quiíén sabe? Tal vez en unos años, con la memoria a corto plazo de la sociedad y tu capacidad de ingenierí­a de la opinión pública, puedas regresar como si nada hubiera ocurrido.