Cartago, una de las más ricas ciudades-estado de la Antigí¼edad, soberana de los mares, madre de las artesanías y el comercio, patrona de las artes y el amor, fue la cuna de uno de los estrategas y estadistas más celebres de todos los tiempos, Aníbal.
Estudiosos de las tácticas militares e historiadores están de acuerdo en reconocer a Aníbal como el mayor estratega de todos los tiempos. Partir de Hispania con un gran ejíército y conseguir conducirlo sin grandes percances a travíés del sur de la Galia, atravesar con íél los Alpes y derrotar una vez tras otra a los romanos en su propio territorio es un reto al que no es fácil hallar equivalentes en la Historia. Despuíés, Aníbal consigue mantenerse mucho tiempo en el sur de la península Italiana sin apenas ayudas de su metrópoli. A su talento propiamente militar hay que sumar siempre un genio diplomático que le hace buscar las alianzas necesarias para lograr la mayor eficacia en esa pugna con Roma que fue el eje conductor de su vida. Otra particularidad de Aníbal cuando se le compara con otros grandes estrategas es que íél, a diferencia de ellos, nunca tuvo el poder político que sin duda le hubiera permitido fácilmente dotarse de los medios que precisaba para destruir a Roma. Su lucha no es en realidad contra los romanos sólo, sino tambiíén contra el Consejo de Cartago, la vieja casta terrateniente que veía con recelo el ascenso de los bárcidas y les regateaba su ayuda.
Todos estos hechos, históricamente bien asentados, son presentados en el libro de Haefs de una forma rigurosa y amena, tejiendo alrededor de ellos una ficción literaria que se basa en el relato de Antígono, un banquero heleno establecido en Cartago y que a lo largo de su vida es amigo y mentor primero de Amílcar Barca y luego de su hijo Aníbal. Revivimos así la primera guerra púnica y la guerra de los mercenarios que la siguió. Despuíés, la segunda guerra púnica nos muestra las proezas de Aníbal y el amargo final de Zama. La obra se cierra con la narración de los últimos años de íéste y su suicidio para no ser capturado por los romanos. La gran ciudad que fue Cartago, comercial y cosmopolita, es la otra gran protagonista de la novela, y a la descripción de su puerto y sus barrios, y de las luchas por el poder que se suceden en ella, se dedican muchas páginas memorables.
La obra encierra tambiíén una tesis bastante atrevida, pero que resulta realmente sugestiva. En la pugna entre Roma y Cartago por el control del Mediterráneo, el autor no ve dos contendientes similares cuya victoria hubiera producido en cualquier caso un imperio igualmente opresivo y explotador. Para íél, Roma y la Cartago “liberal†que representaban los bárcidas, defendían principios netamente diferentes. Roma significaba un poder tiránico y uniformizador, mientras que la política de los bárcidas era mucho más tolerante, y tendía sobre todo a la creación de un gran imperio comercial. Aníbal se dirigía casi exclusivamente contra objetivos militares, y salvo contadas excepciones utilizó el terror y la devastación, mientras que esto formaba parte habitual de la estrategia romana.
Gisbert Haefs, nacido en 1950 es, además de traductor de Borges, Twain y Flaubert entre otros grandes novelistas, autor de una amplia obra policíaca, entra la que destaca “La carcajada del generalâ€; pero debe su fama a sus impresionantes frescos históricos como Anibal, Alejandro: El conquistador de un imperio, Troya, Cíésar....