Agencias
Junto con naciones como Bangladesh, el Banco Central iraní prohibió cualquier transacción con monedas digitales, a pesar de que no estaban permitidas en su país.
El Banco Central de Irán prohibió oficialmente el uso de criptomonedas en transacciones financieras para impedir el lavado de dinero y el terrorismo.
La medida es considerada parte de las acciones de Teherán para controlar el mercado monetario después de que el rial alcanzó este mes su nivel más bajo.
Según el diario Donya-e Eqtesad, la prohibición abarca a “todos los centros monetarios y financieros del país”, entre ellos bancos, instituciones financieras y agencias de cambio de divisas.
Aunque las criptomonedas, como el bitcoin, nunca se han autorizado en Irán, estaban disponibles en otros mercados.
Las criptomonedas son creadas y canjeadas en forma independiente a los bancos o gobiernos.
Las transacciones con monedas digitales son típicamente anónimas, pero pueden convertirse en efectivo cuando se les deposita en cuentas a precios fijados en las operaciones en línea.
Sólo un reducido número de países han prohibido totalmente las criptomonedas, pero hay varias naciones grandes en las que la posesión y operaciones de bitcoins podrían caer en una ambigüedad jurídica debido a sus leyes y normativas.
La economía más grande que ha prohibido categóricamente al bitcoin y otras monedas es Bangladesh.
Bolivia y Ecuador prohibieron a sus ciudadanos la posesión de criptodivisas, pero su compraventa continúa debido a una aplicación laxa de la ley. Kirguistán también prohibió las monedas digitales.
Las divisas digitales en otros países están sometidas a estrictos controles. El Gobierno ruso adoptó medidas el año pasado para instituir normas más estrictas en torno a su uso y comercio.
China tiene normas estrictas para las operaciones y la proliferación de ofertas iniciales de monedas.
El presidente venezolano Nicolás Maduro lanzó en febrero el petro, la primera criptomoneda en la historia respaldada por un Gobierno, como estrategia para eludir las sanciones financieras estadounidenses y proveer una posible reserva de valor a los venezolanos ordinarios cuyos ingresos han caído por la devaluación de su moneda.
Pero pocas semanas después, el Gobierno del presidente Donald Trump prohibió a los estadounidenses comprar petros, al considerar que hacerlo constituye un apoyo financiero a un Gobierno socialista.