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Autor Tema: ¿La auto-regulación protege a los consumidores? ...-  (Leído 279 veces)

OCIN

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¿La auto-regulación protege a los consumidores? ...-
« en: Septiembre 21, 2019, 10:19:35 am »
Por... Peter Van Doren


Peter Van Doren comenta las conclusiones de las investigaciones en torno a la caída de los aviones Boeing 737 Max e indica que la tolerancia de riesgo varía entre personas y que los mercados permiten acomodar de manera simultánea las distintas tolerancias de riesgo.

Las investigaciones en torno a la caída de los aviones Boeing 737 Max han revelado que la tarea de certificación para poder estar en el aire fue realizada por empleados de Boeing en lugar de ser desempeñada por inspectores del estado. ¿Acaso dicha auto-certificación por parte de las empresas provee suficiente protección a los consumidores? Permítame primero introducir algunas afirmaciones generales acerca de la seguridad, los mercados y las regulaciones antes de abordar la cuestión de la delegación administrativa.

¿Qué tan seguros deberían ser los productos? Las preferencias de las personas acerca del riesgo varían. Algunas personas son reacias a tomar riesgos y otras no. Algunas personas se negarían a usar una droga hasta que haya pasado por pruebas clínicas, mientras que otras simplemente aceptarían las recomendaciones de sus amigos y parientes.

Los mercados pueden acomodar todas estas posibilidades de manera simultánea. Una empresa puede vender algo con evidencia de seguridad, mientras que otras empresas pueden ofrecer cosas a la venta sin dicha evidencia. Underwriters Laboratories y la certificación kosher son ejemplos de la provisión privada de evidencia de calidad. Los consumidores pueden elegir la combinación de precio y seguridad que prefieran.

Si los mercados pueden proveer resultados de seguridad y calidad diferenciados, ¿por qué interviene el estado? Un componente importante de la respuesta es que las empresas utilizan la garantía de calidad del estado mediante regulaciones para reducir la competencia en torno al intercambio entre precio y calidad y a la atención que le prestan los consumidores a este intercambio. Si los consumidores piensan que todo lo que está a la venta ha sido aprobado por el estado como algo que es seguro, esto reduce severamente el incentivo de las empresas de diferenciarse entre ellas invirtiendo en garantías de calidad y seguridad. Desde un punto de vista de laissez faire, las empresas tendrían que trabajar más arduamente para ganarse la confianza de los consumidores.

En la última década, la pintura de plomo fue descubierta en los juguetes de niños importados de la China. Los proveedores de juguetes no respondieron sustituyendo estos con juguetes hechos en EE.UU. que enfatizaban la calidad y la seguridad a cambio de un precio más alto. En lugar de esto, pidieron a la Comisión de Seguridad de los Productos de Consumidores que aumente su regulación de la industria. Utilizaron la regulación para convencer a los consumidores de dejar de pensar acerca del intercambio entre el precio y la calidad.

En este contexto, ¿cómo deberíamos evaluar la delegación de cumplimiento a los empleados de Boeing? Conformar el personal de una organización de seguridad pública con científicos o ingenieros que evalúen de manera comprensiva y cuestionen cada decisión de diseño sería prohibitivamente caro. Dado que la organización se enfrentaría al escrutinio solo si hay resultados malos, siempre recomendaría más seguridad en lugar de una cantidad de seguridad por la cual el público estaría dispuesto a pagar. Por lo tanto, la delegación permite que la “regulación” sobreviva al reducir sus costos y efectos reales sobre los resultados. De esta manera atenuada, la “regulación” se aproxima más al laissez faire de lo que el público percibe, pero sin una gota del escrutinio al que las empresas se enfrentarían bajo un sistema laissez faire explícito: el mejor o peor resultado posible dependiendo de sus opiniones acerca de los mercados y las regulaciones.


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 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...