Sesión negra para el cine: la industria sigue perdiendo espectadores
María Domínguez | 22:10 - 1/02/2008
Año 1965. En España hay unos 8.000 cines. Sólo existe una cadena de televisión y el vídeo aún no ha llegado. Es difícil resistirse a ir al cine en el tiempo de ocio. Año 2007. España suma unas 4.000 pantallas repartidas en 2.700 cines. Las grandes salas abarrotadas hace díécadas han cerrado sus puertas. El público sigue pidiendo películas, pero se las descarga gratis en Internet o compra DVD y palomitas y monta su propio cine en casa, mucho más barato que un billete en taquilla.
La piratería, la variedad de canales de televisión, los DVD y el descenso en la calidad de las películas consiguen que en las salas sobren butacas.
Las cifras revelan un año negro para el cine: pasan por las salas españolas 20 millones de espectadores menos que en 2006, según datos "provisionales" del Ministerio de Cultura (líéase el apoyo).
Y lo que queda: la televisión digital terrestre (TDT), que se está implantando en España por fases, debería llegar a todos los hogares del país en abril de 2010. Con la TDT, los telespectadores disfrutarán de 32 canales nacionales, más de 100 autonómicos y más de 1.000 locales. Parte de ellos serán de pago. En resumen: la oferta televisiva actual se multiplicará por diez y aumentarán las posibilidades de elegir los contenidos que realmente interesen gracias al pago por visión.
El nuevo ocio
A lo anterior se suman las nuevas formas de ocio: los jóvenes, público importantísimo para el sector, se quedan con los videojuegos (el pasado octubre, la industria se quejaba de que Halo 3, juego para la consola XBox 360 de Microsoft, les quitaba espectadores).
Según explica Emilio García Fernández, catedrático de Historia del Cine y director del departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad I de la Universidad Complutense de Madrid: "La entrada sigue siendo cara para muchos espectadores, a pesar de que es más barata que en otros países europeos, donde puede costar hasta 12 ó 14 euros. Si uno va con sus hijos, entre la entrada, las palomitas y los refrescos se deja una fortuna. Por el contrario, un DVD lo compras y lo ves todas las veces que quieras".
Por no hablar del follón que puede suponer llegar hasta el cine, sobre todo si uno pertenece a una familia numerosa. Según García Fernández, que es hijo de un ex empresario del cine: "Se ha abandonado a un espectador que iba con regularidad a las salas. Antes la gente tenía un cine al lado de casa, y ahora se han creado espacios nuevos en el extrarradio de las grandes ciudades. El coste del desplazamiento los echa para atrás".
El espectador de hoy no es el de hace 50 años: los mayores se quedan en casa viendo la tele y son los jóvenes los que se van al cine a las afueras. Ellos dominan la taquilla. Más problemas, según el catedrático: "La calidad de las películas ha bajado sustancialmente, especialmente en el cine español".
Las salas de cine de la Gran Vía madrileña han ido cerrando y las que aún no lo han hecho se están utilizando para organizar asambleas y otros eventos, según explica Emilio García Fernández. Se reciclan para seguir vivas.
Mal año para el cine español
Fernando í‰vole, consejero delegado de Yelmo Cineplex (cadena con 350 pantallas), tambiíén habla del producto como causa de la caída en 2007 y se refiere concretamente al producto español: "Ha sido un año especialmente malo para el producto español. La única película que ha funcionado ha sido El orfanato [producida por Rodar y Rodar, Telecinco Cinema y Guillermo del Toro con la participación de Warner Bros Producciones España], aunque REC tambiíén lo ha hecho.
Pero la cuota de cine español, que antes rondaba el 13, 14 ó 15 por ciento, se ha situado este año por debajo del 10. Sin El orfanato hubiera sufrido aún mucho más. Es un porcentaje bajo, sobre todo si lo comparamos con las cuotas del cine nacional en los vecinos europeos. En Italia ha subido un 12 por ciento todo el mercado cinematográfico y el cine italiano tiene una cuota del 35 por ciento.
í‰vole señala, sin embargo, que las cifras del Ministerio no están acualizadas: "Van con meses de retraso. Los datos de diciembre no están, al menos no todos".
En mayor o menor medida, ha habido una caída del número de espectadores. Según í‰vole, la clave es la piratería, que "afecta a España más que a otros países. No tenemos herramientas legales para combatirla adecuadamente. En ningún país europeo se ve gente vendiendo DVD de ese modo por la calle".
Pero las vacas flacas pasarán, dice el empresario. "Sigue habiendo una afición por el cine. Cuando la piratería estíé controlada y tengamos un buen cine nacional volveremos a cifras como las de 2006 ó 2005. El bajón no es alarmante". En Inglaterra el cine ha ganado un 8 por ciento de público. í‰vole espera alzas como íésta o como la de Italia.
¿Una España sin cines? Nunca
"El cine nunca volverá a ser lo que era antes, en los años 60 y 70, cuando sólo competía con la televisión" dice Juan Vera, senior manager de la consultora Arthur D. Little.
"En España hay más pantallas que en otros países. El sector de la exhibición creció mucho por el tema inmobiliario; los cines se utilizaban como motor de centros comerciales. Aún así se ha reducido bastante la demanda y poco a poco se irá reduciendo el número de salas, pero nunca desaparecerán, porque hay una demanda estructural de cine".
El futuro está en la calidad
Una buena razón para pensar que el cine va a recuperarse, según Vera, es la calidad: "La mayor parte de las salas en España son analógicas. A las tres semanas de empezar a emitirse, la película se ve peor porque la cinta se va estropeando: pelos, ralladuras... Se está produciendo una migración hacia el cine digital y ello a pesar de que la calidad de las salas en España supera a la de otros países europeos (es mejor que en Italia, por ejemplo, aunque peor que en Francia).
La calidad hará que la gente deje de abandonar el cine. Fidelizará al público objetivo". La digitalización, además, ahorrará dinero al sector: la cinta no se daña, no hay que almacenarla ni transportarla... Determinadas partes de la cadena de valor reducirán costes. Lo que no se sabe es cuándo se equilibrarán oferta y demanda.