Lo poco que podemos decir de ellos se puede resumir en:
Son seres de evolución espiritual mayor a la nuestra: las vibraciones que maneja la materia, entre ella el cuerpo físico que tenemos, es mucho más baja que la materia espiritual; por eso los seres que ya no tienen cuerpo físico han evolucionado más, porque ya no requieren de bajas vibraciones, como pueden ser los alimentos físicos o el cuerpo físico que tiene un alma, para poder vivir espiritualmente. Sin un cuerpo el espíritu se alimenta de energía pura, ya no requiere materia. Nosotros al tener un cuerpo, necesitamos la energía que se produce mediante la descomposición de la materia. Metafóricamente: nosotros necesitamos un puente para cruzar el río; ellos lo cruzan volando.
De estos seres hay tanto negativos como positivos: como ocurre entre nosotros los humanos, estos seres manejan los dos polos: el negativo y el positivo, inclinándose más a uno de ellos. Lo que en tíérminos sencillos podemos decir: hay malos y buenos; recordando que no hay algo que sea totalmente bueno, ni totalmente malo. Para facilitar la comprensión, la religión católica los ha llamado ángeles, a los “buenos†y demonios a los “malosâ€. Esotíéricamente es más complicado que ello, pero entendámoslo de mejor manera pensando por ejemplo en Gandhi y en Hitler, pero sin cuerpo físico, ambos fueron seres humanos con equivocaciones y virtudes, aunque uno buscaba más la ayuda a sus semejantes y el otro buscaba el bienestar propio.
Los espíritus tambiíén fueron seres humanos: antes de ser sólo espíritu, estos seres tambiíén tuvieron un cuerpo físico, pero al haber comprendido las leyes espirituales que los seres humanos debemos comprender, como son el amor, la humildad, la integración a la totalidad, etc.; al haberlo comprendido y no habiendo un motivo más para regresar al mundo material, su espíritu se ha quedado en el mundo espiritual. Mundo con el que tenemos contacto muy limitado y sólo a travíés de nuestra esencia espiritual.
Viven en un mundo aparte pero están con nosotros: así como nosotros convivimos con seres menos evolucionados tal es el caso de los animales y las plantas, así tambiíén ellos conviven con nosotros, pero en un mundo a parte, o mejor dicho: en una forma de ser que no necesita la materia que nosotros necesitamos para vivir. Aunque aquí surge un problema: nosotros sí interactuamos con los animales y las plantas. Por eso se suponen dos cosas: 1. o bien ellos están con nosotros y casi no los percibimos por su vibración tan alta, semejante a la luz; 2. o viven en otro mundo y tienen acceso al mundo material. Este es en realidad un punto difícil de definir. Para algunos estudiosos, viven en otra dimensión.