La crisis está impulsando cambios hacia un mercado más transparente. Uno de los asuntos cruciales será el llamado short selling o ventas cortas, apuestas bajistas en Bolsa. Los supervisores europeos debaten crear una normativa sobre esta práctica que estaría basada en tres pilares: transparencia, control y armonización.
La industria de inversión financiera, las empresas cotizadas y las autoridades públicas están de acuerdo en reforzar la transparencia y armonizar la regulación sobre la estrategia de inversión conocida como short selling o ventas cortas. Esta táctica consiste a grandes líneas en tomar acciones prestadas, venderlas en el mercado y recomprarlas cuando el precio haya bajado en el parquíé para embolsarse así la diferencia entre el precio de venta y de compra. Se trata de una apuesta claramente bajista y muchas empresas cotizadas se han quejado del poderoso efecto distorsionador y negativo que el short selling tiene en su precio de mercado.
"En momentos difíciles como los actuales, vigilar o limitar las ventas cortas puede ser una medida necesaria", valora el vicepresidente de Emisores Españoles, Juan Prieto. Esta agrupación vela por los intereses de las empresas que cotizan en Bolsa y, aunque la organización recoge distintas sensibilidades sobre el asunto, todos los asociados están a favor de incrementar la transparencia.
"Es bueno que se conozca toda la información posible y tambiíén en lo referente al príéstamo de valores; los titulares originales de las acciones deben saber con quíé fin se van a utilizar las acciones que prestan, pues puede ocurrir que vayan a ser utilizadas en una estrategia bajista", expone Juan Prieto.
El comitíé de supervisores europeos, CESR, ha propuesto armonizar toda la legislación comunitaria sobre el short selling. Los supervisores quieren que se comuniquen al regulador de turno todas las posiciones cortas a partir de un volumen equivalente al 0,2% del capital social de la empresa contra la que se hace la estrategia. Hasta el 0,5%, la información se haría sólo para el supervisor, pero de ahí en adelante sería pública. El sector está por cooperar, pero hace ciertas precisiones.
"No tenemos ningún problema con la propuesta de CESR", aclaró en declaraciones a CincoDías el director general de Efama (la patronal de la industria europea de fondos de inversión), Peter De Proft. "Pero es necesario ponderar correctamente cuánta información se transmite al mercado y a los supervisores, porque lo que se puede generar al final es un exceso de información que provoque más confusión que otra cosa", advirtió De Proft. Desde la patronal de gestores de inversión alternativa AIMA se insiste en que la información comunicada al mercado debería ser agregada (la suma de las posiciones cortas de todos los vendedores sobre un valor concreto) y no de forma individualizada (vendedor por vendedor).
El short selling tiene sus virtudes. Desde Pictet Asset Management se destaca que las ventas cortas generan liquidez y ayudan a una correcta formación de precios, a la vez que "neutralizan fuentes de riesgo desfavorables" como la creación de burbujas, dado que lo lógico es apostar contra empresas sobrevaloradas. Desde BrightGate Capital se recuerda que la gran fuerza bajista no es el short selling, sino el selling, pura y simplemente la venta del valor.
Los próximos meses serán de discusión en la UE hasta llegar a la fórmula idónea. Pero todos los implicados reconocen que pasará necesariamente por una vigilancia mucho más estrecha, para reforzar la protección del inversor y evitar los potenciales abusos de mercado.
Acciones regulatorias ¿Cuál es la situación?
1 En España. Las ventas cortas descubiertas (sin poseer las acciones) están prohibidas en el mercado español. Además, desde el 22 de septiembre de 2008, es obligatorio hacer públicas las posiciones cortas que alcancen al menos el 0,25% del capital social admitido a cotización de una serie de 20 valores del sector financiero, en la que se incluyen los seis bancos listados en el Ibex 35. Las variaciones que excedan o caigan por debajo de ese umbral han de ser comunicadas antes de las 19.00 horas de la jornada siguiente a la que se haya producido la variación.
2 En Europa. Cada país tiene su propia legislación y todas incluyen restricciones en diferentes grados. El comitíé de supervisores CESR quiere armonizar la regulación y ha hecho una propuesta que pasa por extender la comunicación de posiciones cortas netas a todos los valores, que sea obligatoria para todos los inversores y que se articule en dos niveles: cuando se alcance el 0,2% del capital social de un valor cotizado, ha de transmitirse al regulador; cada incremento que supere la díécima porcentual tambiíén ha de ser comunicado y cuando se llegue al 0,5%, la información se hará pública para todo el mercado.
3 La industria. La Asociación Europea de Fondos de Inversión (Efama) es partidaria de reforzar la transparencia y que la legislación sea idíéntica en todo el ámbito de la UE, pero se muestra en contra a que esta divulgación se haga pública y de forma individualizada; cree que "sería suficiente" con la difusión de posiciones agregadas. La asociación Emisores Españoles, que agrupa a las empresas cotizadas, ve "necesario" limitar la operativa de short selling y apuesta porque se divulgue la mayor cantidad de información posible.