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Autor Tema: Ordóñez presiona a la banca y endurece las provisiones  (Leído 355 veces)

Eguzki

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Ordóñez presiona a la banca y endurece las provisiones
« en: Mayo 27, 2010, 07:41:02 am »
El Banco de España vuelve a revisar el sistema de provisiones del sector financiero. La institución que gobierna Miguel íngel Fernández Ordóñez anunció ayer la apertura de un proceso de consulta pública sobre la modificación de la circular contable que regula las dotaciones bancarias. El supervisor dice que la revisión persigue "una simplificación y clarificación" del actual sistema.


En la práctica, el cambio representa una vuelta de tuerca más al sector, que va a ver incrementadas las exigencias de dotaciones, lo que presionará aún más los ya maltrechos márgenes de las entidades, especialmente de los grupos más golpeados por la crisis. La modificación penaliza especialmente la cartera de inmuebles adjudicados en pago de deudas y los críéditos morosos concedidos al sector promotor.

El Banco de España incluso ha calculado previamente el impacto que la modificación tendrá en la banca. El regulador ha analizado las potenciales consecuencias en un estudio realizado con algunas entidades, cuyas conclusiones tambiíén dio a conocer ayer.

“El impacto medio serí­a de un ligero incremento de las coberturas en 2010, del 2%, que serí­a más intenso en 2011 como resultado de los cambios introducidos sobre el tratamiento de los activos adjudicados”, dice el informe. “Si se considera la mayor exigencia de coberturas derivada del tratamiento de los adjudicados en 2011, y se retrotrae a 2010, el impacto resultarí­a en un incremento de las coberturas cercano al 7%”, prosigue el Banco de España.

El coste en tíérminos de resultados en la “actividad domíéstica” del sector tambiíén está cuantificado. “El efecto del incremento del 2% de las coberturas en 2010 (...) supondrí­a una reducción en el agregado del resultado antes de impuestos de alrededor del 10%”, detalla el regulador. Son cálculos, en cualquier caso, generales, ya que se reconoce que existe una “heterogeneidad” de impacto por entidades.

Calendario
En la práctica, la modificación planteada pone sobre la mesa dos grandes cambios. En primer lugar, se unifican los calendarios de exigencias de dotaciones de los príéstamos morosos. Frente a los cinco esquemas que existí­an hasta ahora, se va a introducir un calendario único, con sus consiguientes porcentajes de cobertura (ver gráfico). Obligará a las entidades a dotar la totalidad del críédito al año de entrar en la cartera de morosos. Actualmente, hay príéstamos dudosos que alcanzan una cobertura del 100% al cabo de seis años. Son las hipotecas sobre vivienda terminada en las que la relación entre el príéstamo y el valor de tasación del activo (Loan to value o LTV) no supera el 80%.

El otro gran cambio va en la lí­nea de la modificación que el regulador ya acordó en julio del pasado año. Entonces se modificó la base de cálculo de las provisiones (no el calendario ni los porcentajes), dependiendo de las garantí­as del príéstamo, lo que llevó a suavizar el tratamiento de ciertos príéstamos hipotecarios morosos. Se reconocí­a una vieja petición del sector (un inmueble nunca va a llegar a valer cero), una filosofí­a que se mantiene en la actual propuesta, pero haciendo una mayor distinción en la tipologí­a de los activos y sus posibilidades de venta a corto plazo.

El Banco de España sigue reconociendo que una parte de la deuda morosa está cubierta por la garantí­a, por lo que se provisiona por la parte no cubierta, en los nuevos porcentajes y calendario únicos. A la hora de establecer cuánto vale la garantí­a, se tomará el menor de dos importes: el precio de la escritura pública o el valor de tasación actualizado. Despuíés, a este valor se le aplicará un descuento, que oscilará entre el 20% de las viviendas terminadas que sean residencia habitual, y el 50% en el caso de parcelas o solares, con más riesgo de depreciación.

Se confirma, por otra parte, el endurecimiento de las dotaciones de los activos adjudicados. En el momento inicial se provisiona un deterioro mí­nimo del 10%, que alcanza el 20% a los 12 meses; y el 30% a los dos años.

Las entidades, a las que ha pillado por sorpresa el cambio, ven un intento del regulador por forzar la reestructuración del sector. “Es otro golpe. Se aprieta al que se estaba haciendo el remolón porque habí­a hecho cálculos y pensaba que podí­a resistir, para que entre en píérdidas”, señalan fuentes financieras.

Polí­ticas de concesión más estrictas y menos refinanciaciones
El Banco de España, además de endurecer las provisiones, ha regulado de forma más estricta la polí­tica de concesión de críéditos. Según la documentación del supervisor, “los avalistas, fiadores o activos entregados como garantí­a” en la concesión de un críédito deberán ser siempre considerados una ví­a de posible recobro secundaria y “excepcional”.

La principal cuestión a tener en cuenta a la hora de dar financiación es la capacidad de generar ingresos de un negocio para los empresarios y la renta habitual para los particulares. Este punto limitarí­a las financiaciones que se han concedido en la íépoca de bonanza en el sector empresarial usando como garantí­a otros activos distintos de la capacidad de generar recursos de la compañí­a. Además, en el caso de la financiación de proyectos inmobiliarios, el órgano máximo de gobierno de las entidades deberá aprobar una polí­tica de concesión que incluya “un lí­mite preciso” en la financiación de la adquisición de los suelos, junto con el coste de desarrollarlos. En todo caso, esta financiación no podrá ser superior al 50% del valor del suelo.

El Banco de España tambiíén va a exigir a las entidades que aprueben una polí­tica de renegociaciones, que debe tener como requisitos conocer bien al prestatario en el tiempo y que limite la frecuencia en las refinanciaciones durante un número “amplio” de años. Así­, las empresas en dificultades sólo podrán renegociar sus deudas una vez en el corto plazo. El supervisor no cuantifica el impacto de estos cambios en la concesión de críéditos, pero señala que no deben ser minusvalorados.