Por... DREW BENSON
El costo de los príéstamos de Argentina está muy alto para que el país venda bonos nuevos tras el cierre de un canje de deuda de $18,300 millones que el ministro de Economía Amado Boudou dice superó las expectativas, según Goldman Sachs.
Acreedores dotados de unos $12,100 millones de la deuda en suspensión de pagos del país por $18,300 millones, presentaron sus obligaciones en la reestructuración la pasada semana. Junto a la reestructuración del 2005, el 92.4% de la deuda impaga se canjeó por bonos nuevos, dijo Boudou.
El rendimiento de los bonos referenciales del país en dólares con vencimiento en el 2015 subió un punto básico, o 0.01 puntos porcentuales, a un 12.86 por ciento. El rendimiento adicional, o diferencial, que los inversionistas exigen para comprar bonos argentinos en vez de deuda del Tesoro de Estados Unidos subió 7 puntos básicos la pasada semana a 7.84 puntos porcentuales, según JPMorgan Chase.
Los rendimientos argentinos seguirán altos porque el Gobierno tiene un ``díébil conjunto de políticas'', todavía tiene deuda en suspensión de pagos por más de $6,000 millones con el Club de París de naciones acreedoras, y tiene diferencias con el Fondo Monetario Internacional, dijo el economista Alberto Ramos, de Goldman Sachs, en un informe emitido la pasada semana.
Es muy difícil que Argentina tenga un descenso importante de diferenciales a partir de los que hay ahora, dijo Claudio Loser, ex director del continente americano del Fondo Monetario Internacional, en una entrevista telefónica.
Los acreedores con bonos en suspensión de pagos han impedido que Argentina acuda a los mercados internacionales de críédito. Boudou ha dicho que una conclusión exitosa del canje hará posible que la segunda mayor economía suramericana venda bonos, reduzca el costo de sus empríéstitos y atraiga inversiones. La turbulencia en los mercados financieros mundiales significa que esos planes se han de postergar por ahora, dijo el ministro.