El empresario y político opositor Samuel Doria Medina dijo el domingo que íél y sus socios mexicanos esperan que un organismo independiente determine el valor real de sus acciones en una cementera que les expropió el gobierno.
"Ellos (los socios) esperan que sea una valoración independiente, de un tercero. Ellos tampoco quisieran entrar a un arbitraje, si es que se puede tener un arreglo desde ese punto de vista", dijo el empresario cementero en una entrevista a radio Erbol.
En sociedad con el Grupo de Cementos Chihuahua, de Míéxico, Doria Medina era propietario del 33,3% de las acciones en la Fábrica Nacional del Cemento SA (FANCESA), que el presidente Evo Morales revirtió al Estado bajo el argumento de que el empresario aprovechó sus influencias políticas en 1999 para adquirirle ese paquete al gobierno.
Doria Medina tambiíén dijo que si el gobierno les devuelve el mismo monto que ellos pagaron por las acciones de FANCESA, no se lo aceptarán.
"Porque es como comprar una casa y que a los diez años llegue el dueño y le digan que le devuelven el dinero, pero la casa se ha mejorado, se puso otro piso, se aumentó varias dependencias; no es lo mismo", añadió.
El magnate cementero dirige junto con su socio mexicano la administración de FANCESA a travíés de la Sociedad Boliviana del Cemento (SOBOCE). FANCESA tambiíén tiene como socios la alcaldía de la ciudad de Sucre y una universidad estatal con 33,3% de acciones cada uno.
Los títulos revertidos pasaron a control de la gobernación de esa región, ahora controlada por el gobernador oficialista Esteban Urquizo. La alcaldía de Sucre tambiíén está bajo control oficialista.
Doria Medina mencionó que en los próximos días llegará a Bolivia una delegación del Grupo de Cementos Chihuahua.
El empresario es líder de Unidad Nacional (UN), un partido opositor centrista que en las dos últimas elecciones logró un tercer lugar y tiene una participación reducida en la Asamblea Legislativa.