A finales de enero, una noticia originada en Canadá movió el negocio minero de Colombia: Eike Batista, el hombre más rico de Brasil, con la octava fortuna más grande del planeta según la revista Forbes, anunció una oferta hostil en la Bolsa de Toronto para adquirir el 80 por ciento de Ventana Gold, una compañía canadiense con actividades en varias minas de explotación de oro y plata en Santander. La noticia pasó inadvertida, pero ha sido una de las movidas más importantes de estos primeros meses de 2011.
El anuncio es llamativo por varias razones. Primero, por el volumen de la inversión: 1.500 millones de dólares, casi tres billones de pesos. Segundo, porque quien hizo la apuesta es un excíéntrico multimillonario que ya tiene una fortuna de 35.000 millones de dólares gracias a sus inversiones en minería, petróleo, transporte y sector inmobiliario y que sueña -tal como lo ha dicho en muchas entrevistas- superar en fortuna a Carlos Slim y Bill Gates. Finalmente, el negocio es muy importante porque confirma que el boom minero se está consolidando en Colombia.
Eike Batista ya tiene intereses en el país. Actualmente desarrolla un proyecto minero carbonífero cerca de El Cerrejón, en La Guajira, con las minas Papayal, Cañaveral y San Benito. Allí aspira a sacar anualmente 20 millones de toneladas de carbón tíérmico, y para ello va a construir un puerto y un tren. Esas inversiones serán superiores a los 2.000 millones de dólares.
La movida de Ventana Gold busca hacerse a la mayoría accionaria de la compañía, pues el brasileño ya tiene cerca del 20 por ciento. Esto le daría la entrada a un negocio que promete mucho: la explotación de oro y plata en Colombia. La Bodega es el proyecto estrella de Ventana. Se trata de varias minas donde se ha inferido la presencia de 3,5 millones de onzas de oro, 19,2 millones de onzas de plata y 84,9 millones de libras de cobre. Tambiíén Ventana cuenta con el proyecto California Vetas, que todavía no tiene estimaciones sobre el valor de sus yacimientos.
Sin lugar a dudas, se trata de una empresa que va a jugar en la primera línea del negocio minero en Colombia, ya que tendría una de las exploraciones mineras más importantes del país en este momento; eso es muy positivo, pues los precios de los minerales están disparados. El año pasado el oro llegó a precios máximos históricos de 1.400 dólares la onza, y hay quienes aseguran que se pondrá en 1.600 dólares.
El auge minero en oro y plata es evidente. Las mayores expectativas están concentradas en la mina La Colosa, de la multinacional Anglo Gold Ashanti. Allí hay unas reservas estimadas de 12 millones de onzas de oro; la compañía está a la expectativa de un pronunciamiento de la Corporación Autónoma del Tolima (Cortolima). Otro proyecto minero clave son las operaciones de Medoro en Marmato -donde hay reservas estimadas de 7,5 millones de onzas- y Frontino, que todavía no tiene estudios sobre su potencial. Otro proyecto grande es la explotación de la firma Greystar en el páramo de Santurbán. Allí las reservas estimadas superan los 10 millones de onzas de oro. Hay expectativa por el pronunciamiento de las autoridades ambientales. Si todos los proyectos avanzan sobre ruedas, en los próximos años Colombia podría sumar a sus reservas de oro cerca de 30 millones de onzas, es decir, unos 40.000 millones de dólares a precios de hoy.
Sin lugar a dudas, la minería en Colombia va a seguir impulsando la inversión y la economía. Esto es positivo, pero es necesario alertar nuevamente sobre el posible conflicto con el medio ambiente. El tema no ha sido resuelto y va a seguir en la agenda pública para los próximos años. Es necesario conciliar ambos intereses, porque están en juego demasiados recursos, sobre todo naturales.