El Ejecutivo reconoce que la revisión del PIB de 2012 y 2013 puede implicar un ajuste extra. Según los cálculos de los expertos, íéste podría ser de unos 2.500 millones en esos dos ejercicios para cumplir con el objetivo de díéficit del plan de consolidación fiscal enviado a Bruselas.
El Ejecutivo presentó ayer sus perspectivas macroeconómicas hasta 2014. La vicepresidenta Elena Salgado rebajó dos díécimas el crecimiento de 2012, hasta el 2,3%, y tres el de 2013, hasta el 2,4%.
Los economistas calculan que por cada díécima que no se crezca según lo previsto, supone media díécima que no se reduce el díéficit tambiíén según lo estimado. Es decir, que si finalmente se cumplen esas estimaciones resultará más complicado pasar de un díéficit público del 6% del PIB previsto para este año hasta el 4,4% del PIB en 2012 y el 3% del PIB en 2013.
Por tanto, este recorte de las previsiones supondría un ajuste adicional de cerca de 2.500 millones de euros en las cuentas públicas durante esos dos años.
Ayer, Elena Salgado insistió en que el objetivo de díéficit público permanece inalterado: “Es un objetivo prioritario e irrenunciableâ€. La vicepresidenta afirmó que los Presupuestos Generales de 2012 aún no estaban elaborados y que, por tanto, lógicamente los gastos e ingresos tendrían en cuenta el nuevo cuadro macro. Desde el Ministerio de Economía se insiste en que cumplir con el plan de ajuste marcado es irrenunciable, por lo que si finalmente la economía sigue las previsiones marcadas por el Ejecutivo, al crecer menos, habrá que hacer un esfuerzo adicional.
Economía ha explicado a Expansión.com que hay margen de maniobra, no obstante, para efectuarlo: “Aún no está fijado el techo de gasto y se puede actuar sobre las previsiones de ingresos o de gastosâ€. ¿Quíé quiere decir esto? Que aún se pueden poner en marcha más ajustes de los gastos de las Administraciones Públicas o se puede actuar sobre los impuestos (que son la principal vía de ingresos).
¿Optimistas?
Eso sí, los analistas siguen viendo optimistas las previsiones oficiales para este ejercicio, que mantienen un crecimiento del PIB del 1,3%. El Ejecutivo ha reconocido en su nuevo cuadro macroeconómico que la demanda nacional caerá un 0,4% según lo previsto anteriormente, pero pone todas sus esperanzas en el sector exterior para compensar esa caída. Sin embargo, en un entorno en el que la subida de tipos ya parece un hecho y con el precio del petróleo al alza, la demanda exterior puede verse mermada.
Por ello, los servicios de análisis auguran un menor crecimiento ya para 2011. El Banco de España aseguraba la semana pasada que la economía española crecería en 2011 un 0,8% y la agencia de calificación Fitch tambiíén situaba el crecimiento del PIB español todavía más bajo, en el 0,5%.
De esta forma, en un escenario de crecimiento del 0,8% como plantea el Banco de España, el Ejecutivo tendrá que hacer un ajuste adicional de unos 2.500 millones de euros (el equivalente a esas 2,5 díécimas del PIB) para cumplir con el límite de díéficit que estipula el plan de austeridad (6% del PIB).
Pero el ajuste todavía sería más exigente si se cumplen las previsiones de Fitch. En este caso, si el PIB español sólo crece un 0,5%, el Gobierno debería ajustar hasta 4.000 millones (cuatro díécimas del PIB) para cumplir con Bruselas.