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Autor Tema: El consejo de Sacyr fuerza la dimisión de Luis del Rivero  (Leído 267 veces)

Zorro

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El consejo de Sacyr fuerza la dimisión de Luis del Rivero
« en: Octubre 20, 2011, 05:59:10 pm »
El consejo de Sacyr fuerza la dimisión de Luis del Rivero

La batalla interna desatada en por Luis Del Rivero para reforzar su control de Repsol podrí­a haber tenido una ví­ctima imprevisible: íél mismo.


Voy del oro a Squirrel Media y tiro porque me toca.

Sharif

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Re: El consejo de Sacyr fuerza la dimisión de Luis del Rivero
« Respuesta #1 en: Octubre 21, 2011, 07:55:17 am »
Menuda maniobra. Su mano derecha - que lleva años con íél- vota en su contra para echarle, y le nombran nuevo presidente. Crí­a cuervos.

Eguzki

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Re: El consejo de Sacyr fuerza la dimisión de Luis del Rivero
« Respuesta #2 en: Octubre 21, 2011, 08:14:49 am »
EL NUEVO PRESIDENTE DESBLOQUEA LA RELACIí“N CON LA PETROLERA.
Manrique ofrece hoy a Brufau la ruptura del pacto Sacyr-Pemex.
Ni presidente de Repsol, ni tampoco de Sacyr. Horas despuíés de la destitución de Luis del Rivero como responsable de la constructora, donde ni siquiera continúa como consejero, el conflicto con su participada Repsol comienza a resolverse. El nuevo presidente de Sacyr, Manuel Manrique, se reúne este viernes con el presidente de Repsol, Antonio Brufau, para informarle de la ruptura del pacto de accionistas que mantení­a con la petrolera mexicana Pemex, a raí­z del cual habí­an exigido un cambio en la gestión de la compañí­a y el nombramiento de un consejero delegado.

El anuncio del pasado 29 agosto, por el que Sacyr (20%) y Pemex (9,5%) poní­an en conjunto sus participaciones, ha terminado siendo el principio del fin de Luis del Rivero al frente de la constructora, de la que era presidente, fundador y máximo accionista con un 12,5%. Esa alianza terminó por dinamitar la relación del empresario murciano con varios de sus socios, abanderados por Juan Abelló (9,6%) y Demetrio Carceller (15,7%), con los que vení­a enfrentado desde la última junta de accionistas tras negarles mayor presencia en el consejo de administración, que habrí­a puesto en peligro su mayorí­a.
Mes y medio despuíés, con cuatro convulsos consejos mediante, la aventura de Luis del Rivero ha terminado gracias a la necesaria colaboración de uno de sus socios. El voto en contra del presidente efectuado por Manuel Manrique (6%), cofundador, vicepresidente primero y consejero delegado de Sacyr, resultó decisivo para resolver el desempate existente en el máximo órgano de poder de la constructora. Hasta hace unas semanas, el equilibrio de fuerzas era superior a Del Rivero, que contaba con el apoyo de Josíé Manuel Loureda (12,6%), Tomás Fuertes (5%) y Josíé Moreno (5%), y con la neutralidad de las cajas.
Los cambios fraguados durante las últimas semanas han dado la vuelta a la situación. En primer lugar fueron las cajas, con dos vocales tras la dimisión de uno de los vocales de NovaCaixaGalicia, que remitieron por carta a Del Rivero su deseo de que resolviera el conflicto de Repsol de manera dialogada. La caja gallega, que hasta la fecha habí­a apoyado a Del Rivero a travíés de su consejero Josíé Luis Míéndez, lo reprobó coincidiendo con el relevo de Míéndez por Marí­a Victoria Vázquez, la responsable de la cartera de participadas de la entidad financiera. Vázquez votó por orden de Josíé Marí­a Castellano, presidente de NCG Banco.
Pero el último en cambiar de decisión y sumarse al “nuevo proyecto empresarial” ha sido Manuel Manrique, a quien Luis del Rivero marginó en el diseño y en la ejecución de la alianza con Pemex, en la que sólo participaron Josíé Manuel Loureda y Salvador Font, el responsable de energí­a de Sacyr. De nada ha servido, sin embargo, que el propio Del Rivero anunciara el mismo jueves, antes del crucial consejo, que sindicaba sus acciones con las de Loureda y otro accionista minoritario para tratar de optar al puesto del consejero que habí­a quedado vacante y que le hubiera permitido mantener la mayorí­a frente a sus socios.
Demasiado lejos

El follón corporativo generado por Del Rivero con su asalto a Repsol, donde necesita refinanciar 4.900 millones para mantener su 20% de la petrolera antes del 21 de diciembre, terminó convirtiíéndose en un problema importante para demasiada gente de la íélite polí­tica y empresarial. En su huí­da hacia adelante, el empresario murciano habí­a puesto en brete a La Caixa, accionista de Repsol y valedora de Brufau, habí­a comprometido al Gobierno, donde contaba con el apoyo del ministro Miguel Sebastián (Industria), y habí­a soliviantado al Partido Popular, al que no informó a pesar de estar en ví­speras del 20-N.
De igual modo, Del Rivero habí­a ignorado la opinión de sus socios para resolver el dilema de Repsol. Alejados de las maneras bruscas e impulsivas del empresario murciano, Juan Abelló y Demetrio Carceller, dos de las principales fortunas del paí­s, habí­an tendido puentes de manera alternativa con el presidente de La Caixa, Isidre Fainíé, que desde su posición de primer cajero del paí­s se ha encargado de tutelar todas las conversaciones existentes entre los protagonistas del conflicto, incluidas las cajas accionistas de la constructora (Bankia, BMN, Unicaja y NovaCaixaGalicia) o la mexicana Pemex.
El encuentro que hoy viernes reúne a Manuel Manrique con Antonio Brufau es la prueba evidente del cambio que implica la derrota de Luis del Rivero. A partir de ahora, con el pacto de sindicación con Pemex roto, la constructora estará abierta a revisar su posición del 20% en Repsol si es necesario para sacar adelante la refinanciación. De no haber sido así­, los bancos acreedores podrí­an haber exigido a los accionistas de Sacyr que aportaran nuevas garantí­as, más allá de los activos de la compañí­a, y ni Abelló ni Carceller, ni tampoco las cajas, estaban dispuestos a poner más dinero para mantener con vida esta aventura.
Mientras tanto, Pemex contempla cómo su interlocutor para entrar en Repsol ha sido descabalgado. Ayer jueves por la tarde, el nuevo presidente de Sacyr telefoneó a su contraparte en la petrolera mexicana, Juan Josíé Píérez Coppel, para informarle de lo ocurrido y recordarle la plena vigencia del acuerdo de accionistas en Repsol. Aunque Pemex aspire a conservar su alianza, apelando incluso a la buena relación que dice tener con otros accionistas de la constructora, como Demetrio Carceller, nada podrá seguir igual si los socios de Sacyr convienen en vender una parte de su participación en Repsol.